Benito Zambrano y los documentales: "Cuba es un gran decorado con un sólo protagonista y muchos figurantes"

Como ya saben, se ha estrenado en los cines la película de ficción Habana Blues, de Benito Zambrano, el director que triunfó hace cinco años con Solas. Pues bien, si la han visto se habrán dado cuenta de que Habana Blues tiene algunas secuencias cercanas al documental. Su conjunto recuerda incluso a otros documentales como Balseros o Suite Habana, y no recuerda nada, en cambio, a las películas que ha dirigido Oliver Stone sobre Cuba, ya que en ningún momento se nombra a Fidel Castro. El caso es que el director, Benito Zambrano, ha contado que, efectivamente, no tuvo ningún miedo de acercarse al documental para construir una película basada en personajes y sentimientos:

Benito Zambrano: “Cuando llegamos a La Habana empezamos a meternos en el mundo de la música y a conocer grupos. Nos dimos cuenta de que había una riqueza musical, sobre todo a raíz de la explosión del hip hop, que había un movimiento musical underground, alternativo o marginal. Encontramos que había una juventud muy rica, muy dinámica, ‘muy sobreviviendo’, intentando hacer su música con medios escasísimos, pero moviéndose por toda La Habana en todos los sentidos. Una juventud que no tiene nada que ver con la idea de juventud cubana que creo que se exporta, que no tiene que ver nada con la juventud cubana del jineteo, de los hoteles, del turismo, de las playas..., de lo que se vende del Caribe. Y se nos ocurrió la idea de incluir algunas pequeñas píldoras documentales y, con la excusa de que unos productores españoles buscan grupos de música, nos metimos en distintos ambientes musicales. La música es importante en la peli, y para mí era la excusa perfecta para ir a conocer a una juventud diferente”.

“Todos los músicos que veis en la peli, toda la gente que está en la peli, son sus ropas, es su look, son así, que es lo que a mí me maravillaba más. Hay un componente de intentar atrapar esa realidad, meter a nuestros personajes en esa realidad y contar esta historia. Es un ejercicio que me ha hecho sentir muy bien, me ha gustado lo de jugar a eso. Incluso los músicos que acompañan a los dos protagonistas son músicos reales, de bandas reales, que están en la peli”.

“Cuba todo el mundo sabemos que es un gran decorado. Y yo sé, y lo digo, que Cuba es un gran decorado con un sólo protagonista y muchos figurantes. Y es verdad que Cuba es así. Y cada cubano tiene una historia, pero una historia tremenda. Es un país al que se adora y que fascina porque cualquier cubano tiene una historia fascinante que contar, es que vives una película en cada rincón de La Habana, abres una puerta y entras a un mundo impresionante. Todos los cubanos tienen un familiar fuera, un problema de subsistencia, una obra que no pueden hacer, un hartarse de Cuba, un ‘me quiero ir pero no me quiero ir’..., es que todos viven eso, es que todos los dramas del mundo, todos los conflictos de la historia de la dramaturgia los están viviendo los cubanos de la manera más intensa”.