Texto de la película: “Menem promete revolución productiva y salariazo. Días después abandona las patillas y promesas reformistas y traiciona a sus votantes”.
La corrupción económica fomentada por la complicidad de las multinacionales occidentales:
Texto de la película: “Las empresas argentinas se vendieron sin deudas. Las principales inversiones vinieron de España y Francia. Entel se vendió por la quinta parte de su valor a Telefónica y Telecom. La endeudaron por seis mil millones de dólares. Aerolíneas Argentinas daba beneficios y tenía treinta y siete aviones. Fueron hipotecados por Iberia para comprarla. Aerolíneas terminó vaciada”.
Y, por último, la pobreza del pueblo argentino y su dignidad:
Textos de la película: “Quiero comer, tengo siete chicos, no tengo trabajo, no tengo ni mercadería, nada, no tengo colchón, no tengo colcha, en la indigencia total estamos aquí”.
“Empezamos a leer otras cosas, hasta llegamos a leer un libro argentino, que dice: ‘La desnutrición es una enfermedad socio-económica y cultural, que se soluciona poniendo a trabajar a todos los factores de la nación’. No dice que les vamos a mandar alimentos... ¡Todos los factores de la nación! Y ahí ya explotó todo, ahí ya nos dimos cuenta”.
“Por qué no nos tratan los bancos como tratan a sus ahorristas en el exterior. Yo lo puse en bancos privados porque desconfiaba de los bancos nuestros, porque ya me agarraron en el 89. Pero evidentemente soy una estúpida... Entonces, ¿qué necesitan?, ¿una bomba?, yo no soy de poner bombas, pero al menos me desahogo con la cacerola. En esta cacerola hice puré a mis hijos, y la traigo para que cada vez que la vea sepa que si los bancos me roban es porque son unos sinvergüenzas, pero yo luché por mis derechos”.
Solanas nunca deja indiferente. Algunos ven en él la personificación de la crítica valiente e inconformista. Otros consideran que su discurso grandilocuente esconde un fondo de escaso atractivo cinematográfico. Pero, lo que está claro, es que "Pino" Solanas (como también se le conoce) tiene mucho que decir en una entrevista. Y nosotros se la hemos hecho.
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El documentalista Fernando Solanas no sólo ha dirigido y escrito Memoria del saqueo, sino que además sufrió en carne propia y fue agente activo de los acontecimientos que filmó, como la denuncia a Carlos Menem en mayo del 89.
Fernando Solanas: “Desde los años 90 empecé a denunciar públicamente las irregularidades que se cometían, la burla a la Constitución nacional, el proceso de privatizaciones y, sobre todo, la privatización de la petrolera estatal. Menem me persiguió con dos juicios de calumnias e injurias, y siete ministros y funcionarios de Menem también me acosaron con siete juicios. Y yo seguí en Argentina, acepté el reto y me presenté ante la justicia federal el 21 de mayo del 91, y ratifiqué todo lo que había dicho. Ustedes se preguntarán por qué era tan importante lo que yo decía. Yo gozaba de la simpatía o de un cierto conocimiento público porque había ganado muchos premios internacionales. Mis películas, desde La hora de los hornos, hasta El exilio de Gardel y Sur, habían ganado muchos premios internacionales y habían tenido mucho éxito en la Argentina. Entonces yo gozaba de una cierta simpatía, de cierta apertura, en los medios de comunicación. Por supuesto, mis declaraciones, mis denuncias resultaban..., en aquel coro uniforme de ‘¡vivan las privatizaciones y ahora entramos en el primer mundo...!’, me tomaban un poco folclóricamente: ‘Bueeeno, Solanas disparó munición gruesa..., dijo que Menem es un gran canalla y que está al frente de una gran banda que está vaciando el patrimonio público...’. Ese fue uno de los procesos de Menem contra mí. Al ratificar lo que dije, al día siguiente atentaron contra mí. Yo pensaba que, al estar perseguido por nueve juicios del Estado, me iban a cuidar, pero no es así, la racionalidad no funciona. Había sido amenazado muchas veces por teléfono... En las épocas de la dictadura, cuando te metían preso... aaah (respira hondo), qué suerte, estoy preso... Porque a los otros los desaparecían. Ganabas la vida (grita) cuando te metían en una cárcel. Y quedabas registrado como preso político, pero el desaparecido era un muerto en vida. Estaba muerto. Entonces, al tener esos nueve juicios, yo supuse que había ganado mi derecho o mi seguridad. Pero no, el atentado contra mí se originó en el propio aparato represivo del Estado, participó un comando de la Secretaría de Informaciones, el juez que cubría la causa... Fue un operativo armado con un juez muy ligado a la Policía y al Servicio de Informaciones. La Policía que, al minuto del atentado, y sin que hubiera llegado ningún coche policial, ya declaraba que yo había sido objeto de una tentativa de robo (sin que nada me robaran). Fue un atentado de tipo mafioso, me pegaron seis balas y todas a las piernas, ninguno quiso que fuera en otro lugar, porque hubiera bastado una sola bala en la cabeza..., y me pegaron de atrás. Así que la tentativa fue de silenciarme. El juez me tomó declaración 45 días después, cuando las heridas ya estaban cicatrizadas”.
Memoria del saqueo tiene un estilo que cambia mucho a lo largo de metraje. Primero la película se estructura con la voz en off del director, más tarde aparece Solanas en pantalla, también hay imágenes de archivo, y las secuencias se dividen en capítulos, y cierra con un montaje muy musical. Pero, sobre todo, el director juega al contraste entre el lujo de los pasillos del poder, de los bancos, del Congreso, y las casas y la forma de vida de la gente de a pie.
Fernando Solanas: “El documental es algo que se inventa, y se inventa mucho en el montaje. Yo monté seis veces esta película, durante catorce meses. Busqué la construcción de su forma, los elementos unitarios gráficos, plásticos, el juego de dos cámaras con dos ritmos distintos, y una obra concebida muy desde la obra musical. Por mis orígenes musicales, cuando me planteo hacer una película, me estoy planteando también si es una obra en tres movimientos, en cuatro o en seis. Elaboro bastante la propuesta al principio y durante la marcha voy enriqueciendo y transformando la propuesta”.
El documental de Michael Moore, Fahrenheit 9/11, tenía una finalidad muy concreta, que era la de impedir la reelección en la presidencia del gobierno norteamericano de George W. Bush. Sin embargo, y pese a la gran promoción y al gran número de espectadores del documental, Moore no conseguió su objetivo. Muy al contrario, al director se le tachó de loco exhibicionista. Fernando Solanas, por su parte, cree en la misión social, didáctica y de cambio del documental..., pero a largo plazo...
Fernando Solanas: “Memoria del saqueo habla de algo pasado, es una reflexión del pasado, no se inscribe en ninguna temporalidad para que juegue un rol, habla de Menem y de De la Rúa..., ya fueron. Es memoria contra el olvido, y es un elemento más que contribuye al cambio. Yo vengo de un país en la Argentina donde el sistema mediático se privatizó de un día al otro, sin haber hecho ningún debate público, sin haber convocado a nadie, sin haber ni discutido una ley de marco regulatorio en el Parlamento, para asegurar a la audiencia el derecho a la información objetiva, veraz y plural (remarca), y el derecho a la comunicación. No, los entregaron como trueque político, lo hizo Menem, y ganó el silencio y complicidad del sistema mediático en los primeros años de su gobierno. Y a la vez, esos grupos mediáticos estaban asociados al festín de las privatizaciones. ‘¿Pero cómo?, ¿si no hay censura en el país?, ¿si nadie te censura, Solanas?, ¿si te queremos muchísimo...?’. Pero no te llamaban, eh. Y cuando alguna vez tenías la posibilidad de decir dos palabras, apenas te retirabas del micrófono, te deshacían. ‘Y bueno, claaarooo, ese discurso anacróoonicooo, lo viejo, querrá volver a lo antiguo’”.
Memoria del saqueo habla de la “mafiocracia”, como dice el director, de un periodo determinado, pero ya se están preparando una segunda y tercera parte.
Fernando Solanas: “La segunda, que abarca desde el final de los años 90 hasta 2004, trata de seres anónimos, sin voz, sin imagen, pero que protagonizaron una verdadera epopeya: cómo organizarse para contestar al hambre, al desempleo. Es una película que recoge la experiencia social, historias humanas muy fuertes, historias de solidaridad, de compartir lo poco que se tiene, agruparse, ayudarse mutuamente, las fábricas recuperadas, los comedores barriales, la organización de los piqueteros. Y la tercera parte es la Argentina inconclusa, lo que al país le falta y dejó inconcluso. Es la que completa el fresco. Y en este año estarán listas”.
Hola, excelente documental. Solo quisiera preguntar si alguien sabe que raperos cantaron la canción del documental. En la parte de las protestas callejeras.
ResponderEliminarGracias :)
hola. Pino Solanas, independiente de que su mirada nos suene a veces anacrónica a los que no hemos vivido más de 30 años, es puro cine. Las que cantan: las garndes de "Actitud María Marta"
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