Si hablamos de estas dos películas juntas es por una razón. Lo explica el director de Heroína:
Gerardo Herrero: "Vi un documental sobre once chicos que jugaban en un equipo de futbol. Los once habían muerto por la droga en Galicia. Aluciné de cómo surgió el tema de la drogadicción en los años 80 y el desconocimiento que había. Simultáneamente con la película hemos producido un documental, Ni locas ni terroristas, de Cecilia Barriga, que se centra en cinco madres de drogadictos (una de ellas es Carmen Avendaño), con sus historias personales. Es un documental que te deja destrozado, yo por lo menos cuando lo he visto me he sentido así. Queríamos que fuese complementario a Heroína, con el objetivo además de que cuando salga el dvd de la película de ficción esté también el documental, porque yo creo que así se entienden muchas cosas".
Ya que Herrero contaba con la complicidad de Carmen Avendaño y con la del resto de miembros de la Asociación Érguete, de lucha contra la droga, nos preguntamos si el director no tuvo en ningún momento la tentación de hacer un docudrama o similar:
Gerardo Herrero: "Mira, a mí no me gusta mucho el uso de los sentimientos en el cine excesivos. Odio las películas que se pasan de sensibleras. A mí a veces se me acusa de ser frío por eso, y lo evito mucho, también en esta película. Heroína tiene un tono más caliente de las que hago habitualmente, y dudé de incluir la canción de las Cantigueiras porque yo veía a la gente que se emocionaba demasiado, y pensé que me podía pasar, que estaba ya en los límites, porque esta película permite mucho pasarse, subrayarlo todo y hacer llorar y jugar demasiado con los sentimientos".
Cecilia Barriga: "Para mí el documental es siempre una aventura a lo desconocido. No sé nunca cuando empiezo un documental cómo voy a terminar yo ni cómo va a terminar la película, y ese secreto, esa incógnita, me resulta muy atractiva. Este tema tenía esa parte de descubrimiento, y en ese sentido lo pude disfrutar mucho. Yo creo que el documentalista siempre tiene que acompañar, con cierta inocencia, al objeto documentado, es como un viaje de a dos con un riesgo grande. Y eso me gusta".
Ni locas ni terroristas surgió como denuncia, pero sobre todo como un homenaje. Lo explican las productoras ejecutivas de la película y la protagonista:
Mariela Besuievsky: "Toda la investigación duró cinco años desde la primera entrevista que le hicimos a Carmen Avendaño. Había demasiadas cuestiones que se iban a quedar fuera de la película de ficción por una cuestión de coherencia narrativa. En Heroína, Carmen es muy protagonista, y queríamos hablar de todo el movimiento y organización de mujeres que hay detrás".
Carmen de Miguel: "Si no hubiera habido una especie de líder, una persona que tuviera ya experiencia de asociación, hubiera sido muy difícil que se avanzara todo lo que se ha avanzado en Galicia. Carmen Avendaño ya tenía una experiencia anterior política en su barrio, y si no hubiera sido por ella, hubiera sido muy difícil movilizar a estas madres que no tenían ninguna experiencia, muchas con estudios muy básicos, pero compensado con un trabajo muy duro dentro y fuera de sus casas".
Carmen Avendaño: "Quiero resaltar el valor de mis compañeras en esta lucha. A mí no se me ha muerto mi hijo, afortunadamente. Ha pasado por muchas vicisitudes, pero a estas mujeres del documental sí se les han muerto, y lo lógico sería que una vez que han perdido a sus hijos, se retiraran de la Asociación y descansaran. Bueno, pues son las que más trabajan, las que más ímpetu ponen, las que más ilusión transmiten, y las que más arrastran".
Desde la inocencia y la ignorancia, un grupo de madres se organizó y creó una Asociación que, hoy por hoy, ofrece servicios jurídicos, médicos, de psicología y de rehabilitación del toxicómano.
Carmen Avendaño: "El problema de la droga nos cogió a todos muy desprevenidos. Empezamos a relacionarnos muchas veces en el propio barrio, o a través del centro donde atendían..., bueno, donde se hacían amagos..., porque en aquel entonces nuestros hijos eran como conejillos de indias. Nosotras aprendimos con nuestros hijos y los profesionales también. Toda aquella sensación de impotencia, de enfrentarse a algo desconocido que no sabes cómo abordarlo, nos hizo compartir. Yo siempre digo que sólo puedes compartir con quien padece el mismo problema, porque no te atrevías ni a decírselo a tu familia más allegada, decirle a tus padres o hermanos que tu hijo te robó el sueldo o que vendió la bicicleta de su hermano. Todo eso que es una alarma fuerte y terrible, compartirlo con otra persona a la que le pasa lo mismo, de alguna manera, ayuda. Y ahí empezó nuestra coordinación, nuestro debate, nuestro planteamiento, para buscar los porqués, qué es lo que había detrás, intereses económicos, quiénes eran (vecinos nuestros, muy respetados socialmente y a los que había que desenmascarar). Los medios de comunicación también hacían responsables a los yonquis de todos los males, y además los etiquetaban como marginales, como chavales provenientes de familias desestructuradas".
Pues en algunos casos sí venían de familias desestructuradas, pero en su mayor parte vivían en hogares de clase media, idílicos por su fomento de la educación, del cariño y del respeto. Por eso para Avendaño es más difícil aún, aunque hayan pasado años, y haya visto muchas cosas, descubrir cuáles son las causas reales y concretas por las que una persona se hace drogodependiente.
Carmen Avendaño: "Las conclusiones a las que habíamos llegado se nos desmontan con los nuevos tipos de consumo. En aquel entonces, algo que nos llamaba mucho la atención era que donde había empezado a pegar fuertemente el tema de la heroína y de las anfetaminas era en colectivos de hijos de trabajadores, de obreros, de gente comprometida, luchadora. Primero en el País Vasco y después en Galicia. Esa primera tanda de estos chavales, que sus padres creíamos en la libertad, y que a lo mejor no se la supimos suministrar demasiado bien, es un prototipo de chaval que ya no se corresponde con el de hoy. Yo creo que es la insatisfacción del joven y la necesidad de buscar cosas nuevas. Pero no puedo explicarlo porque no lo sé".
Esta película es un ejemplo perfecto para averiguar cómo se siente la persona real, ante la visión de su personaje:
Carmen Avendaño: "Me identifico mucho con el papel que Adriana Ozores hace de mi persona, y de mis reacciones. Realmente, soy muy como ella me interpreta. Soy una persona pasional, pero también una persona fría, que calcula las consecuencias de las cosas. Pero la película no la puedo analizar, no sé analizarla, me es imposible analizarla. Quizá la única parte que sé analizar es la del movimiento asociativo, la virulencia que tuvimos que emplear en momentos dados, y las consecuencias finales, porque hoy todos aquellos que tanto nombraron los medios de comunicación, los "Charliños", los "Sito Miñancos", Oubiña..., todos están en prisión. Las grandes organizaciones de Galicia desaparecieron gracias a la denuncia colectiva. Y me siento muy orgullosa de ser gallega porque hay una conciencia social sobre este tema muy superior a la media de toda España".
Heroína y Ni locas ni terroristas han sido elegidas para una campaña estatal de formación y prevención de las drogas en adolescentes:
Carmen Avendaño: "Tengo que decir y que explicar que la prevención es la gran asignatura pendiente. Y es culpa de todos, de los gobernantes, de la sociedad. Se han gastado millones en prevención, y los resultados han estado muy lejos de lo que se pretendía. Se ha enfocado el tema desde una perspectiva alarmista, con mensajes puntuales, sin una base de conocimiento real. Allá por el año 86 hubo unas jornadas internacionales a las que tuve la oportunidad de asistir. Conocí que Canadá, país con un nivel económico elevado, llevaba 20 años practicando una política preventiva desde preescolar en los colegios. Era una política de salud, por la que les explicaban a los niños con documentales lo que les podía hacer daño, por qué y cómo reaccionaban sus cuerpos. Las drogas van a existir siempre, no es la historia de combatir el narcotráfico, es la historia de formar y educar al individuo".
Uno de los debates que está detrás de estas películas es el de la legalización de la droga, la fiscalización y el control sanitario.
Carmen Avendaño: "Es un tema muy complejo, y cada vez que se me hace esta pregunta no la rehuyo. Siempre estuve en contra de la legalización de las drogas, pero de un tiempo a esta parte no lo tengo tan claro. Este tema crea siempre tensión, es curioso. Tú vas a un foro cualquiera, universitario, o de un centro cultural, y cuando se habla de legalización, y hay gente que está a favor y en contra, no son capaces de dialogar con serenidad. Es un tema que enfrenta a la sociedad. Yo, por ejemplo, a personas que tienen 37 - 38 años, que llevan veintitantos años consumiendo, que la mitad de su vida se la han pasado en la cárcel, y que desde luego no son capaces de tirar para adelante porque la droga los tiene totalmente sumidos, pues sí soy partidaria de que se les dé droga. Pero claro, si estamos hablando de un mercado canalla, que mete a niños en el consumo, ¿qué pasa?, ¿qué el Estado se va a hacer cargo de chavales para darles heroína o algún otro tipo de drogas, a los 14, 15, 16 años? No es fácil el tema, y para resolverlo habría que echarle mucha imaginación y habría que tener mucha voluntad política. Y como las drogas, de momento, mueven muchos miles de millones de euros y dólares, dudo mucho que haya esa voluntad política a nivel mundial. Ya no somos narcotraficantes, sino asalariados del narcotráfico, de la prostitución, de las mafias, del hambre. Es un problema generalizado, y cada vez más internacionalizado".
Ni locas ni terroristas es, además, un documental muy valiente, ya que no huye de mostrar comportamientos que nos pueden parecer "políticamente incorrectos", como el sentimiento de odio, e incluso el deseo de venganza. Algo que ha chocado a algunos espectadores, pero que nos ha gustado porque la razón de ser de un documental no es mostrarnos lo que nosotros pensamos que vamos a ver, sino que nos abre ventanas a las raíces y motivaciones inherentes al ser humano, nos enseña el camino para ponernos en la piel del otro, de una persona real, con su impotencia y su rabia, aunque luego no lleve a la práctica todo lo que el sufrimiento le hace pensar.
Texto del documental: "No somos locas ni terroristas, que somos madres muy realistas".
Informe, pregunte, comente.
La productora ejecutiva de las películas, Carmen de Miguel, me informa de que las cantareiras o pandereteiras de "Heroína" y "Ni locas ni terroristas" son "Raigañas de
ResponderEliminarCerqueda" y sacarán pronto un disco.
También quería hacer una reflexión sobre la imagen de las heroínas que aparecen en la mayoría de las películas de hoy en día, tan alejadas del auténtico coraje, de la fuerza interior, de la integridad, del amor sincero, de la inteligencia, del esfuerzo, de tantas cosas.