Este fin de semana se ha estrenado en las salas comerciales de España, Nadie sabe, una película de ficción rodada con técnicas documentales por el director japonés Kore-eda Hirokazu. Su argumento se inspira en un hecho real conocido como "el suceso de los cuatro niños abandonados de Nishi-Sugamo", ocurrido en 1988.
Como se explica en las notas de producción, el rodaje empezó en otoño de 2002 y continuó hasta el verano de 2003, durante las cuatro estaciones del año. Kore-eda montó la película a medida que la rodaba, lo que le permitió trabajar en la construcción de cada parte en función de lo que acababa de montar. Hizo todo lo posible para que los niños-improvisadores-actores se sintieran cómodos y se olvidaran de las cámaras.
Kore-eda describe la evolución de los sentimientos de los personajes al retratar la vida cotidiana y el paso de los días en un pequeño piso de Tokio: laca de uñas, zapatillas que rechinan al pisar, paquetes de pasta instantánea, comportamientos indomables, calor, juegos en la mesa, chucherías de consolación, facturas que pagar.
Hirokazu Kore-eda nació en Tokio en 1962 y se licenció en Literatura en la Universidad de Waseda en 1987. Empezó a trabajar con el equipo de TV Man Union, una empresa independiente de producción para televisión donde realizó documentales como Shikashi, sobre el suicidio de un alto funcionario del Ministerio de Medio Ambiente; Otra educación, sobre una clase única en medio del campo cuya enseñanza se basa en la crianza de un ternero; Agosto sin él, protagonizado por el primer japonés que declaró en público estar enfermo de sida; y Sin memoria, una aproximación a la vida de un hombre con pérdidas y problemas con los recuerdos.
Nadie sabe, 141 minutos de cine que hacen saltar los resortes internos de muchas de las cosas más importantes de la vida.
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