miércoles, agosto 31, 2005

Fernando León, o cómo rodar con apariencia de realidad

Ataviado con una camiseta negra de Documenta Madrid 05..., el director de cine Fernando León de Aranoa presentó ayer a los medios de comunicación su última película, Princesas. En su carrera profesional ha pasado de guionista a director, y ahora compatibiliza esta tarea con la de productor, es decir, que vuela sin Elías Querejeta. Tras Barrio y Los lunes al sol, a León se le identifica con el cine social. Y ha demostrado también esta inquietud con los documentales: Realizó el guión de la tercera parte de La espalda del mundo, dedicada al Corredor de la Muerte, y dirigió Caminantes, sobre la lucha de los indígenas de Méjico por preservar sus derechos y cultura. Si quieren saber más, esto es lo que Fernando León nos ha contado sobre el realismo de su última película:

Fernando León de Aranoa escucha con atención a la actriz de Princesas, Violeta Pérez. ® Reposado.
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La Hora del Documental: En Princesas hay una secuencia en la que, por la noche, varios hombres se acercan con sus coches a una zona de prostitutas. Y estos coches aparecen con los códigos de las matrículas borrados.

Fernando León: "La escena es una recreación. Es de las partes más de ficción de la película. Igual que hay otras escenas que hemos rodado metiéndonos en el estadio de fútbol Vicente Calderón o en calles como Preciados o en mercaditos así (se metían allí y nosotros íbamos con una cámara detrás rodando de una forma más improvisada, más documental), pues esa escena que dices está recreada completamente. La rodamos en un polígono industrial abandonado, fuera de Madrid. Igual que hoy ruedas con teleobjetivos de una forma determinada para tratar de dar más realismo a la historia y que lo que estás viendo parezca real, se me ocurrió simular esos lenguajes que son más de los informativos o de los reportajes de televisión, como tapar un par de matrículas".

L. H. D. D.: Fernando León se introduce en un tema social delicado, aunque muy común y atractivo para cortometrajistas y directores de largometrajes, tanto de ficción como de documentales. Aún así, el trabajo de investigación fue amplio, hasta el punto de grabar a las prostitutas para prestar atención a anécdotas y gestos.

Fernando León: "Empecé a hacer algunas entrevistas grabadas en vídeo, y pronto me di cuenta de que era lo menos útil para mí. Era mucho más interesante lo que hablaban antes y después de la entrevista, que lo que hablaban durante la entrevista. Aparte de que la cámara mediaba, en la entrevista hablaban más de su trabajo. Y poco a poco me di cuenta de que lo que me importaba era lo anterior, cuando llegaban y te contaban que habían tenido no sé qué historia en el metro. Yo la documentación la empecé cuando tenía el guión ya escrito, lo hago siempre así. En la documentación no busco un argumento, la historia de la película, ni siquiera una trama. La empiezo un poco tarde, a veces, y busco más los pequeños detalles, todo lo que rodea a la historia, que en este caso para mí es muy importante, tanto como la historia. De repente, a la película ha llegado un diálogo, un personaje a veces, o un gesto, un momento, una secuencia, pero cosas muy pequeñas. Y sobre todo lo que intento captar es el espíritu, la atmósfera, el aroma de lo que pasa allí para, al contarlo, intentar no traicionarlo demasiado".

L. H. D. D.: En Princesas se toca también la realidad de "las camas calientes", una forma de vida por la que los inquilinos de una vivienda la ocupan sólo por el día o durante la noche, unas ocho horas cada uno, por lo que se dice que la cama está siempre caliente.

Fernando León: "Lo de las camas calientes es una cosa que ahora se escucha un poco más, pero que conozco desde hace seis, siete años, a lo mejor por el barrio donde vivo, en el que es una práctica habitual. En la película es reflejo de una parte que tiene que ver con la inmigración, y que habla de lo difícil que lo tienen, básicamente. Muchas de estas chicas no se pueden reunir o integrar con la gente de su mismo país (que sería, a lo mejor, lo primero que harían, ir a sus bares, tener contacto con la gente que ha venido antes que tú), porque no se pueden permitir que en su país se sepa lo que están haciendo aquí, con lo cual es un doble aislamiento".

L. H. D. D.: Aunque en la película el tema de la prostitución es sólo el fondo para hablar de la soledad y de la amistad, se ruedan secuencias en una de las zonas claves de Madrid, como es la Casa de Campo. A pesar de ser un lugar en el que se pueden crear situaciones conflictivas o de rechazo, Fernando León reniega de grabar con cámara oculta.

Fernando León: "Una de las primeras cosas que uno descubre es que no se trata de un mundo tan reacio, tanto que a veces ves cosas hechas con cámara oculta, que yo después de estar allí y de haber ido unas cuantas veces me preguntaba por qué irán con cámara oculta, si realmente no hace ninguna falta. Y una de las primeras cosas que me encontré (yo seguramente también me acerqué con todos mis prejuicios y todas mis ideas preconcebidas, más bien), fue descubrir lo sencillo que podía ser todo, y a la hora y media de estar allí, estar hablando con una chica que te estaba contando cosas muy personales, de lo que le pasa a ella por dentro, con una facilidad que para mí fue chocante en el comienzo, porque esperaba ese hermetismo, ese mundo más del tabú. Creo que la dificultad de esa comunicación la ponemos nosotros, que pensamos que va a ser todo tan difícil..., que ni lo intentamos".

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