Ya están aquí, ya han llegado. Una vez más nos atropella la fecha, es como las navidades, o la declaración de la renta. Pues los Goya igual. No será la fiesta del cine, pero es la fiesta de la industria. Y nosotros vamos a hablarles, no de la mejor posicionada, pero sí de la película documental que más nos gusta: “Lucio”.
Texto de la película: “Es una de las cosas que yo jamás he podido olvidar. Ves..., hasta me emociona tu pregunta... Pues sí, mi padre, en cierta época, cayó enfermo. Fue a Pamplona, y descubrieron que era un cáncer. Y mi padre me dijo: ‘Hijo mío, tienes que ir a ver al tío Pablo, y que te dé, que te preste, las cinco mil pesetas que había dicho, los mil duros’. Porque le había dicho, como se hacía en los pueblos, ‘cuando tengas necesidad, pues yo te ayudaré’. Y fui a pedirle el dinero a mi tío Pablo. Y me contestó mi tío Pablo: ‘Yo no tengo, no tengo, yo además le dije a tu padre, pero se lo dije así, para animarlo, para aliviarlo, y todas esas cosas’. Y no me dio el dinero. Pero es que la enfermedad de mi padre continuó, y tenía unos dolores horribles. Él me llamaba, y me decía: ‘Hijo mío, tú que tienes cojones, mata a tu padre si lo quieres. Hijo mío, ni a mis enemigos les deseo lo que yo tengo’. Los dolores que tenía, el hombre. Se me parte el alma porque es acojonante ver que tu padre te está reclamando que lo mates para no sufrir, por un puñado de dinero, por un puñado de pesetas. Lo ves, lo ves agonizando, y lo ves muriendo. Y, claro, pues uno está dispuesto a cualquier cosa. Yo fui a la Caja de Ahorros. La cajera era una mujer. Y fui con la intención de matarla, y de llevarme la caja de ahorros. Y no pude hacerlo. Si hubiera hecho el acto de matar a aquella mujer..., pues yo estoy convencidísimo de que mi vida pues hubiese sido un desastre ya para siempre”.
Felipe Sandoval contó en un manuscrito sus hazañas como anarquista en el Madrid de los años 30, manuscrito que sirvió de dispositivo para crear la película documental de Carlos García-Alix, “El honor de las injurias”. Contra las injurias de las injusticias, llegó años después Lucio Urtubia, algo más que un albañil de Navarra.
Texto de la película: “-Empezó a frecuentar el sindicato anarquista CNT, que en aquella época era una mezcla de obreros, intelectuales, artistas, y exiliados. Lucio estaba impresionado, y se veía en Cascante contando a sus vecinos todo lo que estaba aprendiendo. –Anarquismo: ‘Conjunto de doctrinas de los anarquistas. Conducta política destructora de la autoridad y subversiva del orden social’. A mí me parece bien destruir ciertas cosas, si destruyes ciertas cosas puedes construir en lugar de esas cosas”.
El anarquista irreductible, o el “zorro vasco”, como le llaman, tiene un lema: «Ladrones privados contra ladrones de Estado».
Texto de la película: “Para mí, para mí, no hay nadie más ladrón que los bancos protegidos. Todos están protegidos por los sistemas de Estado, de leyes, de todo. Ellos son los ladrones”.
Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi deciden contar la historia de un revolucionario muy especial, una historia que nunca antes se había mostrado en el cine.
Jose Mari Goenaga: “La razón de hacer ‘Lucio’ surgió un poco por la fascinación que nos creó el conocer su vida. Y por otro lado lo que nos sorprendía es que no fuese más conocido, sobre todo al ser de Cascante, ya que nosotros somos del País Vasco y bueno, al ser de aquí al lado, pues aquí solemos tender muchas veces a crear este tipo de mitos. Sobre todo a partir de que leyésemos la biografía que habían publicado sobre él, ‘Lucio, el anarquista irreductible’, de Bernard Thomas (Ediciones B, Memorama), pues nos sorprendió que alguien que ha tenido una vida tan ajetreada como la que se contaba en ese libro, pues no fuese más conocido. Obviamente, en los círculos anarquistas supongo que ya era conocido, pero bueno, para el gran público no, o al menos eso era lo que nosotros percibíamos. En seguida nos pusimos en marcha para contactar con él. Una vez que le conocimos vimos que, realmente, es una persona bastante accesible, que por otras vías yo creo que tampoco hubiésemos tenido mucha dificultad en llegar a él. Como decimos al final del documental, siempre las puertas de su casa están abiertas”.
Aitor Arregi: “El porqué decidimos hacer una película sobre él va unido a la primera vez que oímos hablar de él, que fue hace como cuatro años, en un festival de documentales en Italia, Bardonecchia, un festival pequeñito centrado en desarrollar los proyectos y hacer pitchings y vender proyectos. El tema es que conocimos a un productor italiano y nos habló de la vida de Lucio. Nos preguntó primero si conocíamos a un tal Lucio Urtubia, navarro, de cerca de donde somos nosotros, y si era conocido en España, y le dijimos que no, que no habíamos oído hablar nunca de él. Nos empezó a contar la historia y ahí vimos claramente que había un documental, era una historia apasionante. Luego ya, cómo decidimos contactar con él, fue vía este productor italiano, porque éste tenía un amigo en común con Lucio, en París, un exiliado italiano que vive en París, Oreste Scalzone se llama, y vía él nos contactó, fuimos un día a París, con bastante respeto porque no sabíamos cómo le íbamos a caer, y ya el primer contacto fue positivo. Se supone que nos cogió confianza, o le transmitimos cierta seriedad y confianza, porque desde el principio mostró su interés en colaborar con nosotros”.
Si nos ponemos en la piel de los directores es inevitable pensar cómo le plantearían el proyecto a Lucio, cómo le convencerían. Y es que hay personas que quizá tienen más cosas que ocultar, que que contar, y en principio no tienen por qué tener ningún interés en participar en un proyecto que hable sobre ellos.
Jose Mari Goenaga: “Lucio, en ese sentido, es muy contradictorio, porque, por un lado, se muestra muy orgulloso de su vida, le gusta mucho contarla, incluso en Francia da también charlas en liceos, en asociaciones anarquistas, pero le gusta contar ciertas cosas de su vida. Hay otros capítulos de los que se avergüenza, o no quiere dar nombres, y en ese sentido está limitado. Nosotros teníamos claro eso, pero no teníamos claro un enfoque. No veníamos del anarquismo, había ciertas cosas ahí que nos daban un poco de miedo. Y realmente lo que jugó a nuestro favor, suena así un poco extraño, pero fue ser vascos. Él ha tenido mucha relación en París con gente del País Vasco, y comentaba que a él los vascos nunca le habían fallado, y se animó a hacerlo con nosotros, cuando ya había recibido más ofertas”.
Aitor Arregi: “Yo creo que él ya de por sí está muy abierto a contar su historia. Es curioso... Tiene un punto así de..., de ególatra en ese aspecto, porque le gusta mucho hablar de su historia y ponerlo como ejemplo para que cada uno lo coja de la manera que quiera y en su parcela, en su vida, pues quiera poner en práctica el ‘si quieres, puedes’, porque la historia de Lucio va un poco por ahí. Es el ejemplo claro de lo que puede hacer una persona con voluntad. Y yo creo que a él le gusta mucho. Entonces ya medio camino estaba hecho”.
Jose Mari Goenaga: “Bueno, hay muchas fotografías que son recreaciones en tres dimensiones. Nosotros hicimos como un molde de su cara, y lo aplicamos en distintas situaciones. Al final era conseguir recursos para poder narrar de forma visual lo que era la historia, porque al final estás todo el rato hablando del pasado, y necesitas recursos visuales. Hay por un lado fotos generadas, y hay otra serie de fotos, las de su entorno familiar, que por una lado sirvieron para sacar el modelo de un Lucio joven, y por otro lado sirvieron también para ilustrar otros pasajes de su vida. Pero realmente sí que tuvimos dificultades, sobre todo en ciertos aspectos era difícil encontrar material visual”.
Aitor Arregi: “En el documental utilizamos partes que son recreaciones, cuando Lucio habla de todas las actividades que hacía, desde atracos de bancos, hasta luego más tarde falsificaciones de documentos para ayudar en la lucha anarquista. De alguna manera tienes que contarlo, tienes que enseñarlo, porque si no queda muy aburrido. Utilizamos recreaciones con actores, y a veces también fotos trucadas, falseadas. Siempre que sirvan como vehículo para narrar. En ningún momento decimos ‘estas fotos son reales’, ni nada por el estilo. Estábamos también obsesionados con que entrara bien por los ojos, que fuera impactante, y utilizamos todas las herramientas que teníamos a mano para que fuera así”.
Pues sí, un grafismo espectacular y una imagen de lo más cuidada, acompañan a una entrevista a Lucio, que vertebra toda la película.
Jose Mari Goenaga: “Fue una de las primeras cosas que grabamos y estuvimos quince días con Lucio allí grabando. Hacíamos a diario, a la mañana o a la tarde, media jornada de entrevista, pues igual tres o cuatro horas, que ya son, sobre todo para una persona de 76 años. Y luego aprovechábamos para visitar distintos sitios que habían podido significar algo en la vida de Lucio, en París. Hay mucho material de esta segunda parte que se quedó fuera porque nosotros al final hicimos una apuesta por contar su historia y tuvimos que dejar un poco fuera lo que es su presente, que era un poco lo que mostraban esas grabaciones, con Lucio paseando por distintas partes de París. Y luego sí que estuvimos otra vez con él en Cascante, y Valcarlos, que son otros dos sitios donde él ha vivido y donde se ha desarrollado parte de su vida. Lo que es la entrevista en profundidad fue sobre todo ésa, y luego ya con el tiempo, una vez que ya estructuramos una especie de historia con sus entrevistas, ya también hicimos otra serie de viajes para entrevistar al resto de gente que aparece en el documental”.
Y en esta entrevista principal, el protagonista da una imagen, por un lado, de un hombre bonachón y campechano...
Lucio Urtubia – Texto de la película: “A estos lo único que les interesa son las chorradas de armas, y de... (se ríe), bueno...”.
Y por otro lado, la de un hombre..., pues sí, de “armas tomar”, y nunca mejor dicho.
Lucio Urtubia – Texto de la película: “-¿Para qué quieres que fueran las armas? –No, yo..., me gustaría que me comentaras... –Pero..., pues no te comento, yo te comento, yo te digo, que fueron tiradas al Sena, punto. ¿Te convence? Pues si te convence, te convence. ¡¿Cómo te voy a decir que si se las di a alguien para que mataran o para que hicieran algún atendado?!, ¡¿qué cojones te voy a decir esas tonterías?!”.
Una entrevista que es un bonito ejemplo del “toma y daca”, del juego de movimientos de fichas que es una conversación.
Jose Mari Goenaga: “Hubo algún momento delicado. En general fue bien, pero, claro, había cosas de las que Lucio no quería hablar, y nosotros no nos dábamos cuenta. Yo creo que luego viendo, con el tiempo, el material grabado, nos dábamos cuenta de que igual tensamos demasiado la cuerda. Veíamos que Lucio nos hablaba de ciertas cosas cuando no estaban presentes las cámaras, y después, cuando poníamos la cámara delante, veíamos que no profundizaba tanto. Entonces a veces pensábamos que tal vez era porque estábamos formulando mal la pregunta. E intentabas hacer la pregunta de forma, hasta que él se llegaba a cansar. Había momentos en los que ya te soltaba: ‘¡Pero para qué quieres saber eso!, ¡de eso no quiero hablar!’. Intentamos de esa forma, porque es muy ilustrativo de su personalidad, meter esos momentos de enfado o de tensión a los que él se veía sometido, y por otro lado, para mostrar las dificultades que nosotros teníamos para profundizar en ciertos aspectos de su vida”.
Aitor Arregi: “Pues como tú dices. Tiene claramente para mí esas dos caras, como mínimo. Como mucha gente tenemos un lado más entrañable, un lado más de más genio, pues Lucio es igual pero multiplicado por diez. Es muy entrañable en la distancia corta, es muy entrañable, y en las entrevistas, vamos, te reías con él, y era una gozada escucharle, pero a la vez tenía sus momentos..., como bien se ve en el documental, sus momentos de explosión, que parecía que se iba a levantar y te iba a dar un puñetazo que te iba a mandar hasta la punta de..., no sé. Entonces, si queremos ser, o intentar ser, unos documentalistas dignos, pues tenemos que apretarle un poco, ¿no?, y ahí surgen chispas. Yo creo que, más o menos, un momento al día de chispas sí solía haber. Y ya hemos metido unos cuantos en el documental también”.
¿Pero cuánto hay de mito y cuánto de realidad en lo que Lucio cuenta en la película?
Jose Mari Goenaga: “Lucio tiene una visión muy romántica de la vida, y en ese sentido pues obviamente yo creo que sí tiende a embellecer ciertas cosas. Y también al final se le nota que hay cosas que, de tanto contarlas, han adquirido una forma. Yo creo que, en esencia, lo que cuenta es lo que pasó, pero de alguna forma, en algún momento embellecida. Lo que no quita para que la esencia esté ahí. Lo que yo saco en claro de todo esto es el retrato de una persona de acción, de una persona que desarrolla un tipo de inteligencia basada en la acción, no tanto en reflexiones filosóficas o intelectuales, sino en el hacer. Y el ver cómo una persona puede desarrollar una fuerza, y seguir adelante, y esquivar mil escollos, a base de acción. Seguramente meterá la pata, se contradice en otras muchas cosas, pero al fin y al cabo es una persona que ha hecho todo lo que ha hecho y eso yo creo que no se lo quita nadie”.
Aitor Arregi: “Hay que darse cuenta de que también, durante sobre todo los 70, estuvo metido prácticamente en todas las luchas revolucionarias que se podían dar Europa e incluso en América Latina. Con ‘estar metido’ me refiero a que, si él podía, daba su apoyo. Y dar su apoyo era fabricar documentos nacionales falsos para que los exiliados se movieran con cierta comodidad, y también suministrarles armas, con lo que eso significa. Suministrar armas pues no es para cosas benditas. Si suministras armas es pues para hacer una revolución, o para asesinar también. Hay cosas que yo creo que él también quiere ocultarlas y, bueno, nosotros nos ganamos bien el sueldo intentando sacarle todo lo que podíamos hasta que nos decía: ‘Bueno, hasta aquí podéis preguntar’”.
Lucio luchó contra el dictador cubano Fulgencio Batista y discutió estrategias con El Che.
Texto de la película: “Ajaja, eso yo ni me lo creo, ¡yo ni me lo creo!, ¿comprendes? Yo ni aunque se pongan de rodillas me lo creo. Yo creo que lo habrá soñado”.
Participó en toda clase de actividades antifranquistas, y en causas internacionales.
Lucio Urtubia - Texto de la película: “Es una vergüenza para Francia, para España, el ir a jugar el Campeonato del Mundo en Argentina, cuando allí miles y miles de personas desaparecían tirándolas al mar. Y cuatro chapuceros como yo tratan de intervenir”.
Ayudó al dramaturgo Albert Boadella en su huida a Francia tras el consejo de guerra por su obra “La Torna”, vivió en toda su intensidad el Mayo del 68...
Lucio Urtubia - Texto de la película: “En una de las manifestaciones, nos refugiamos en un cine, y a la salida, la Policía, cuando íbamos saliendo, pues nos maltrataban. Y a Anne le pegaron bastante y estaba cojeando, no podía andar, la dejaron jodida. El domingo fue a casa de sus padres. Sus padres tenían una pequeña industria de fontanería..., de todo. Estaban comiendo y le dice a su padre: ‘Papá, lo que tienes que hacer ahora es que tu empresa ya no te pertenece, le pertenece a los obreros. Tienes que ponerla en autogestión’. Y el padre le dice: ‘Hija mía, ¿y qué es la autogestión?’. Y dice: ‘Nada, pues lo que te estoy diciendo, que la empresa es de todos, y tienes que ponerla al servicio de los trabajadores’. Y el padre le contesta: ‘Hija mía, no te pegó bastante la Policía’”.
Lucio estuvo en contacto con personas tan influyentes como el ex ministro socialista francés, Roland Dumas. E incluso llegó a conocer a los intelectuales André Breton y Albert Camus.
Jose Mari Goenaga: “Bueno, de ellos habla sobre todo que eran gente que solía ir a las charlas, a la CNT en París, pero no tuvo una relación estrecha con ellos. Eran gente que simpatizaba con los círculos en los que Lucio se movía, pero no llegó a tener relación con ellos. Con Roland Dumas sí, y esto yo creo que es un poco otro ejemplo del empuje de Lucio que, seguramente, pues claro, al final los socialistas franceses también simpatizaron bastante en aquella época con los refugiados españoles. Y luego con la fuerza que tiene Lucio convencería, supongo, a Roland Dumas para que lo defendiese. Roland Dumas todavía no era Ministro de Asuntos Exteriores, pero yo creo que es más o menos en la época en la que ya era abogado de Picasso, ya era una personalidad. Supongo que, esta gente al final lo que le gusta de Lucio es esa honestidad a la hora de hablar y defender sus cosas. Le da igual que esté hablando con un ministro, que con una persona que pasa por la calle. Tiene ese don de dirigirse a todo el mundo por igual”.
“Lucio” es una película que no oculta que tiene a sus directores totalmente encandilados con su personaje. Lo que debió de despertar muchas dudas sobre cómo mostrarle, qué enseñar y qué ocultar.
Jose Mari Goenaga: “Si, obviamente hay una simpatía hacia Lucio. Fíjate que intentamos que tampoco pareciese el endiosar a un personaje, no queríamos caer en eso. Hemos intentado mostrar sus contradicciones, pero también es verdad que a nosotros esas contradicciones nos gustan. Nos gusta su personalidad aunque por dentro también le ponemos muchos ‘peros’. Lo que pasa es que también al final una cosa muy difícil con la que lidiar a la hora de hacer el documental era que se trata de un personaje que está vivo, que ha sido la piedra angular en este proyecto, y que ha sido un poco también quien nos ha facilitado muchas de las entrevistas, mucha información. Entonces era como que le debíamos mucho respeto, y no sé si nos habremos dejado llevar demasiado por eso, por ‘esto igual Lucio se lo va a tomar mal’, y eso que hay cosas que yo creo que nos arriesgamos de cara a él. Pero bueno, tampoco podemos evitar ni podemos esconder la simpatía que sentimos hacia él, eso es cierto”.
Aitor Arregi: “Yo creo que lo potente, lo gordo, ya más o menos lo sabemos. Otra cosa es cuánto sabemos de eso, igual sabemos el 65%. Pero sí, yo creo que las principales hazañas son las que aparecen en el documental, y las que se publicaron en el libro. Pero, sin duda, tiene episodios ocultos este hombre. Y nosotros hemos intentado en el documental enseñar un poco eso, su claroscuro. Nuestra disposición hacia él es muy positiva, porque todo lo que ha hecho, o gran parte de lo que ha hecho, al menos, lo ha hecho dentro de un contexto, y ves que, básicamente, es una persona solidaria, por mucho que luego haya cometido errores, y se haya metido en movidas que le han podido costar la cárcel. Nuestra disposición es positiva hacia él, como digo, pero no queremos ponerle como un simple Robin Hood, que todo lo que hace es bueno, y ayuda a los pobres y roba a los ricos. No. Hay parte de realidad en eso, pero yo creo que es mucho más interesante reflejar un personaje que tiene sus contradicciones y tiene sus sombras, porque yo creo que en la sombra hay más volumen, y la gente yo creo que empatiza más con la persona de esa manera. Sí tuvimos un poco de cuidado de poner unos tintes, algunos claroscuros”.
Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi han vivido el proceso típico de hacer una biografía documental, con alguien que, de forma muy generosa, les ha abierto una ventana hacia cosas muy personales de su vida. Y ahí surge la ansiedad del documentalista de no querer defraudar bajo ningún concepto a su insustituible protagonista.
Jose Mari Goenaga: “Pues él tampoco se pronuncia claramente. Él está contentísimo con toda la historia del documental, pero yo creo que no tanto por el documental en sí. Debe de ser muy difícil el enfrentarte a tu vida contada en hora y media, y más cuando hay tantas recreaciones. Supongo que será muy difícil para él identificarse con muchas cosas, aunque lo que se cuente sea su vida, pero me refiero sobre todo a la puesta en escena. Él está contento, y dice que muy bien, pero sobre todo yo creo que porque escucha a los amigos que le dicen que muy bien, y su hermana de Cascante le llama a París para decirle que en el pueblo lo ha visto mucha gente y que están encantados, entonces todo eso a él le llena. Él yo creo que sobre todo lo que quiere es que su vida se conozca y que sirva de ejemplo para otra gente. Yo no sé si está en lo correcto o no, pero yo creo que es lo que más le llena, que pueda hacer llegar su visión revolucionaria a otra gente”.
Aitor Arregi: “Bueno, él está encantado. Cada vez que hablamos con él está como en una nube. Hace poco estuvo por Sevilla y por Valencia, dando charlas como si fuera un Einstein, dando charlas en ateneos, en universidades. Él está encantadísimo. No digo que sea sólo por el documental. Bueno, como lo estrenaron también en el Festival de San Sebastián, pues sacó bastante ruido y mucha gente le llamó para ver si podía asistir para hablar de su vida, no para hablar de anarquismo en un sentido intelectual. Es un hombre muy llano. Cuando le dijimos que habían nominado la película a los Goya..., bueno... (risas). Él nos proponía, para que la prensa nos hiciera más caso y tener más posibilidades, porque él lo analiza de esa manera, pues nos propuso por teléfono: ‘Oye, Aitor, ya te acuerdas que os dije que tenía enterrada una máquina impresora ahí en Tudela, ahí cerca, y qué te parece si vamos con unas palas y la desenterramos, llamamos a unos periodistas y nos sacan unas fotos, para sacar ruido’. Está dándole vueltas para ver cómo hacernos valer para ganar el Goya. Te puedes imaginar lo ilusionado que está”.
Una de las hazañas más sonadas de Lucio fue que estafó al First National Bank (ahora Citibank), y fueron nada menos que 3000 millones de pesetas de la época. ¿Para qué? Pues para invertirlas en causas en las que creía. Después de devolver las planchas de los cheques de viaje al banco, Lucio se comprometió a abandonar la falsificación y destruir todo el material, algo demasiado difícil para alguien que gracias a ese trabajo estaba cumpliendo un ideal a gran escala. ¿Es de verdad posible que Lucio no hiciera ni un sólo documento más?
Jose Mari Goenaga: “Yo lo veo bastante posible. Sobre todo porque a él le tocó todo aquello en una época en la que él empezaba a sentir ciertas dudas con respecto a ciertas luchas, sobre todo porque ya estaban cogiendo igual unas vías más violentas, o porque ya podían estar menos justificadas en algunos casos. Después debió de salir de la cárcel con un deseo de echar el freno. Entonces yo en ese sentido sí que lo creo. Es verdad, y lo hemos utilizado, que no acabó destruyendo todo el material. De hecho, parte de los documentos, cheques que aparecen en las recreaciones del documental, nos los dio un amigo suyo que se supone que había quemado todo el material. Lucio, cuando acabó el juicio, se comprometió a quemarlo todo, y para eso fue a la casa de campo de un amigo. Con lo inquieto que es Lucio, empezó a quemarlo todo, pero al final se cansó y le dijo al amigo que lo quemase por él. Y resulta que este amigo al final no lo quemó todo. Cuando fuimos a entrevistarle nos sacó de repente un montón de material falsificado, y es lo que hemos utilizado. Sí que me creo que a partir de ahí, Lucio se centró más en lo que era su trabajo y se retiró un poco de lo que era la actividad clandestina”.
Y uno se pregunta: Esto de ser albañil, ¿será una tapadera?, ¿será una actitud ante la vida?, porque con un trabajo así, ¿cómo se llega a tanta actividad y de tanta trascendencia?
Aitor Arregi: “Sí, yo todavía me lo sigo preguntando. Yo que en el día a día apenas me puedo organizar para tomar un café y para ver las facturas que me llegan, y digo ¿cómo Lucio iba al trabajo, trabajaba ocho horas, luego se iba a la imprenta, en la imprenta falsificaba documentos...? Dices, esto, ¿cómo es? Yo creo que es básicamente lo que has comentado, una actitud ante la vida. A él le encanta decir que es albañil, y no sólo lo dice, sino que lo ha practicado durante toda su vida. Mamó mucho de la ideología de Quico Sabaté, que era un legendario anarquista, que había combatido en la Guerra Civil, y después siguió intentando combatir al franquismo a su manera, atracando bancos o lo que sea. Pero él también era fontanero. A Lucio le tocó hospedar a Quico durante dos años en su casa, en París, y yo creo que mamó mucho de su ideología en el sentido de que le decía: ‘Bien, vale, tienes que ser anarquista, tienes que combatir, pero también tienes que cuidar el tema del trabajo, sin trabajar no vas a ninguna parte, y mejor si combinas las dos cosas’. A él le sirve para limpiar un poco personaje en el sentido de ‘yo no he sido un simple delincuente, como pueden decir unos. Incluso sólo dedicándome a eso, no lo habría hecho en mi beneficio, pero aparte soy albañil y no he faltado un día al trabajo’. Claro, eso también tiene una segunda lectura, la que has comentado, la de la tapadera. No sé si consciente o inconscientemente, sí que es verdad que ser albañil le ayudó para evadirse, al menos en los primeros años, de las investigaciones de los policías, porque no era el perfil suyo el perfil de un delincuente que falsificaba documentos, traveller checks, y todo lo que le caía en las manos. Era un albañil que iba todos los días a la obra a trabajar y entonces la Policía pasaba de él. Y eso le ayudó sin duda. Luego por otro lado también, cuando ha tenido las causas judiciales que ha tenido, pues los jueces también han sido más comprensivos al él ser albañil y no tener antecedentes. Le ha salido la jugada maravillosa porque podía estar todavía cumpliendo condena, y apenas estuvo año y medio. Por Citibank estuvo seis meses, pero en general estuvo año y medio, por un secuestro también... Pero bueno, con las pruebas que le detuvieron le podían haber caído veinte años como mínimo”.
La película “Lucio” está contada con el resuello de un thriller y la picaresca de un personaje astuto y real, con un tratamiento de imagen y música muy ambicioso.
Aitor Arregi: “Ahí tiene mucho que ver Raúl López, que es el montador del documental, que es un artista, un artista nato. Él, aparte de montar el documental, se hacía cargo de mucho grafismo y de parte del diseño gráfico, junto con Iker Ayestarán, que también es otro artista. Si tienes la suerte de encontrar un equipo de gente con talento pues la verdad es que te sorprenden. Nosotros tampoco es que les cerráramos el coto así claramente y les dijéramos ‘queremos esto, esto y esto’. Le dices la idea, le haces la aproximación, le dices por ejemplo: ‘Necesitamos un mapa de Europa que se vaya convirtiendo en traveller checks para que visualmente veamos que Lucio inundó Europa de traveller checks’. Pues dentro de una semana, o de dos días, te viene esta gente, estos artistas, con la animación hecha, con el diseño gráfico hecho, y la mayoría de las veces te sorprendías de lo bien que estaba. Entonces eso sin duda aporta, aporta mucho. Y luego eso se nota en lo que es la factura final. Que sí que teníamos la intención desde el principio de hacer una película ‘bonita’, atractiva, pero nos ha salido incluso yo creo que un poco mejor que lo que pensábamos al principio. Y luego, en cuanto a la música que comentas, ahí tenemos también la suerte de tener a otro gran artista que es Pascal Gaigne. Él es francés pero está viviendo desde hace casi treinta años en Donosti, y bueno, es un clásico de la música española, en bandas sonoras. Yo creo que ha hecho unas veinticinco películas, con Montxo Armendáriz, creo que con Julio Medem también. Es un señor que controla mucho y se nota, se nota su mano cuando le das la cinta, ‘a ver qué me puedes hacer’, le das unas pautas, y luego ves el resultado y no tienes más que decirte que qué suerte tienes. Él ha colaborado también en nuestros trabajos anteriores, nos une una relación de, prácticamente, puerta con puerta, porque su estudio de composición está al lado de nuestra oficina. Y es una gozada ver que todos están implicados. Y estar un poco al frente de ese grupo de talentos. Creo verdaderamente que si te juntas con gente de talento, se nota luego el resultado”.
Lucio tan sólo pidió un requisito para hacer esta película, y es que parte de los beneficios fuesen destinados a las actividades de Médicos del Mundo en Haití, ya que su exmujer, Anne Urtubia, que aparece en la película, es responsable de este sector de la asociación en Francia. Aparte de eso, creo que queda contestar una pregunta que seguro que se hacen cuando vean el documental: ¿Pero de dónde han salido estos chicos?, ¿dónde estaban escondidos?
Jose Mari Goenaga: “Nuestra trayectoria es un poco..., no sé si decir extraña... Nosotros formamos parte de una productora de San Sebastián, que se llama Moriarti, y realmente nos conocimos en una escuela de cine de aquí, del País Vasco, y la procedencia de cuatro de los cinco socios es de estudiar Empresariales, nada que ver con el mundo audiovisual. Lo que pasa es que nos unió ese curso de cine y a partir de ahí empezamos a trabajar juntos y a crear documentales. Hicimos hace dos años un largometraje documental que se titula ‘The Dragon House’ y que se situaba en el reino de Bután. Lo dirigió Jon Garaño, que es socio nuestro. Eso en cuanto a lo que es documental en cine. Luego, documental para televisión también habíamos hecho, uno sobre la maratón del Sáhara, y otro sobre las plantas medicinales también en Bután. ‘Lucio’ sería nuestro cuarto documental".
Aitor Arregi: “Yo sigo con Lucio. Estoy escribiendo la versión de ficción de Lucio. Nos han encargado el guión de lo que sería la película con actores, y digo sería porque, una vez escrito el guión, toca buscar la financiación, y no va a ser tan fácil de financiar como el documental, sin duda, porque para hacerlo bien necesitas un presupuesto muy potente. Sería recrear el París de los años 70, los 50, de los 80, de los 60, con todo lo que eso conlleva: Decorados, atrezzo, muchos actores, acción. Tiene que hacerse con dinero. Y con eso estoy yo ahora. En su momento, cuando estábamos montando ‘Lucio’, nos tantearon para ver si Jose Mari y yo queríamos también dirigirlo, pero dijimos que no, porque otros dos años y medio con esto, no”.
Pues ya ven, Lucio seguirá dando aún mucho que hablar, o lo que es lo mismo, dará mucho que hablar la vida, el ejemplo, de un albañil, de un utópico, de un trabajador, en un momento en que una octavilla era casi una aparición milagrosa, en el que la libertad era un término impronunciable, sustituido rápidamente por la desconfianza. Quedará el legado de un provocador en la sombra, que les invita a ser luchadores de sus vidas. Recuerden su nombre, claro y contundente: Lucio.
Texto de la película: “En Lucio hay esa intuición animal, un gran instinto, y sobre todo creo que es también una capacidad de decisión rápida, la impresión de que todo es posible, de que si realmente se desea algo, se puede conseguir. Esto ha sido un factor de Lucio que fascina a la gente, porque la mayoría no creemos que eso sea posible, y Lucio sí cree que es posible”.
Informe, pregunte, comente.
Lucio amigo,quiero dejar este comentario para darte gracias por ser como eres,puesto que sin personas como tu todo les seria totalmente llano.Estoy seguro de que tu ya tienes tu lugar en la historia del proletariado,un lugar para el que todos no estamos preparados a la hora de tomar esa determinacion,la determinacion que conlleva sacrificio,riesgo personal de todo tipo y renunciar a muchas cosas en beneficio de unos ideales por los demas seres humanos.
ResponderEliminarEstoy seguro lucio de que a estas alturas para cualquiera persona ideologizada correctamente no dudara de que lucio urtubia ya tiene su sitio al lado de lenin o de ernesto guevara dos persons que en su momento dejaron aparcadas sus miras personales para luchar por la causa de los mas desprotegidos y como ellos dos tantos y tantos comunistas y anarquistas que desde el anonimato han estado en la lucha obrera.
un abrazo amigo de este proletario agradecido.
viva la lucha obrera!!! y viva ya para siempre en nustros corazones el CAMARADA LUCIO URTUBIA.