Alex Gibney, el director que ha ganado este año el Oscar por el documental “Taxi to the Dark Side”, ha presentado una demanda porque asegura que no se ha trabajado en los ingresos en taquilla de su película debido a los problemas financieros de su distribuidora, ThinkFilm. El día 19 de junio, en la compañía que produce a Gibney, X-Ray Productions, aseguraron que ThinkFilm les había estafado por no tener el dinero para distribuir y promocionar adecuadamente “Taxi to the Dark Side”, y que querían reclamar estos derechos. En la queja se decía que como ThinkFilm no había pagado a los vendedores, la página web de la película había tenido que cerrar (lo pueden comprobar aquí), y que, además, la distribuidora no publicitó el Oscar de la película en las grandes revistas especializadas. Desde su estreno en enero, la película ha generado menos de 250.000 dólares en las salas de cine. "Estoy furioso porque toda la estrategia comercial de la película giraba alrededor de la idea de los premios ganados. El hecho de que no estuvieran preparados para afrontar lo que suponía ganar el Oscar me llena de rabia", afirma Alex Gibney. Como respuesta, y al mismo tiempo que reconoce las penalidades económicas de ThinkFilm, Mark Urman, su presidente, ha afirmado que la compañía actuó correctamente con “Taxi to the Dark Side”, película que cuenta la historia de un conductor de taxi afgano que murió mientras esperaba en la Base Aérea Bagram, en Afganistán.
La disputa entre Urman, respetado distribuidor de películas independientes como “Spellbound”, y Gibney, director de documentales como “Enron: Los chiscos más listos en la habitación” y su próxima “Gonzo” sobre el escritor norteamericano Hunter S. Thompson, es el último escollo de la escena del cine independiente. Tan sólo una muestra más es que la compañía Warner Brothers ha anunciado que está cerrando dos empresas punteras, creadas para distribuir películas sobre arte: Warner Independent y Picturehouse. El diario “The New York Times” contínua esta explicación con argumentos que hacen hincapié en la crisis de la industria, en que el futuro va en la línea de que se podrán amortizar tan sólo las películas, no ya que sean buenas, sino simplemente excelentes, y añade que Alex Gibney no es el primero que, en los últimos años, está demandando a las compañías.
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