"Utopía 79"
Dicen que las utopías son algo del pasado, que los sueños de cambio, de los esfuerzos colectivos por conseguir un mundo mejor ya sólo se estudian en los libros de Historia, que no son algo que ocupe las mentes de la gente joven. Pero todavía hay quien, si no las hay, por lo menos las recuerda. Aunque se trate de hace ahora treinta años. Aunque fuera en Nicaragua y uno viva en Barcelona. Aunque en ese momento uno tuviera tan sólo diez años. Estamos hablando de Joan López Lloret: “Bueno, esto tiene su explicación, y es que en los años 70, en casa de mi madre, había bastante ambiente de extrema izquierda. Había mucha gente que había venido de Latinoamérica, de Chile, después del golpe de Pinochet, o de Argentina en el 76. Había siempre reuniones políticas. Y había unos compañeros de mi madre que decidieron irse a apoyar la revolución sandinista en Nicaragua, y en esta gente había una señora que es María Mas, que es muy amiga de mi madre, y realmente mía desde ese momento, y me explicaba las historias de Nicaragua, que había un sitio donde la gente estaba cambiando el mundo, y haciendo una justicia para la gente pobre. Una historia que fue como un cuento infantil, pero de verdad, sobre algo real. Y me quedó la ilusión sobre ese tema. En el año 93 me fui para allá con un amigo, hice un reportaje para la revista 'Ajoblanco', que un poco fue la excusa para hacer el viaje porque no me gusta viajar de turismo solamente, sino con un pretexto. Y me emocionó bastante ver el país, cómo era la gente. Ya había pasado el período revolucionario, pero... Y hace cuatro o cinco años me llegaron unos diarios personales de uno de estos tres compañeros que fueron allí, los diarios de Jordi Mena, uno de los tres ex internacionalistas españoles que fueron para allá, y con eso dije, bueno, voy a empezar a hacer una historia”.
Barcelona, en aquellos años, no es que fuera tampoco una balsa de aceite, ni mucho menos, y Joan López Lloret lo recuerda así: “Uno de los recuerdos que tengo, seguramente sería en el año 81, es del concierto de Bob Marley. Yo tenía doce años, y recuerdo que me llevó mi madre con sus colegas. Había una cantidad de humo impresionante. Yo no sé si he visto a tanta gente fumando después, así junta. Y era un ambiente muy, muy diferente, a lo que luego en los 80 vi como adolescente. Era algo que aún olía a 70. Y es un recuerdo muy fuerte que tengo de esa época”.
“Utopía 79” es la película de Joan López Lloret que habla de la Nicaragua de aquel momento, del último sueño revolucionario, de los españoles que participaron en esa revolución. Salta desde Barcelona, para llegar a las imágenes de archivo de lo que ocurrió sobre el terreno, unido por unas sutilísimas recreaciones, que dan a la película un aspecto un poco mágico, onírico, de ensoñación.
Joan López Lloret: “Yo creo que lo importante era que había que explicar todo un período histórico que seguramente mucha gente no conoce, y sobre todo gente joven. Pero quería marcar muy claramente que estábamos hablando sobre el concepto de la ‘utopía’, y sobre las ilusiones de la gente en cambiar el mundo. Por eso fue la utilización de estas recreaciones, para indicar claramente, y llevar al espectador por el camino de que no es ni un documental histórico ni político, sino que es un documental, más bien, sobre las ilusiones humanas”.
Las ilusiones, las utopías, son en realidad el fondo también de las otras películas realizadas hasta el momento por Joan López Lloret. Su éxito, o al menos nosotros pensamos que lo fue, “Hermanos Oligor”, trataba sobre dos hermanos que se encerraron en un sótano para construir una historia de amor con marionetas realizadas por ellos con material reciclado. “Sunday at Five”, “Domingo a las Cinco”, realizado para la televisión, habla también de una revolución utópica, la del proceso de paz en Irlanda del Norte. Y, como en “Hermanos Oligor”, en “Utopía 79”, la historia tiene un desarrollo metafórico que se puede organizar en capítulos. Lo cuenta el director:
Joan López Lloret: “La estructura de capítulos en principio en el proyecto de Nicaragua no estaba pensado, pero luego me fue viniendo muy claramente la idea de que lo quería hacer. En el último trabajo que realicé, sobre Irlanda del Norte, ya no utilicé eso. Pero en el caso de Nicaragua, necesitaba dividirlo porque hay saltos históricos. La película empieza en el año 74, realmente, no en el 79, y va hasta ahora, hasta la actualidad, pero no se va explicando todo. Así que me servía para ir ubicando al espectador en las diferentes situaciones. La primera parte se llama ‘El Sueño’, que es la parte de los años 70, con la guerrilla en la montaña preparada para cambiar el país y viviendo en una situación muy dura, comparándola con la situación aquí en España, en el año 74, que también estaba en una dictadura, y todo lo que produce, por parte de la gente, la llegada de la democracia, las ganas de que va a pasar algo extraordinario, y que finalmente no pasa, sino que es una democracia, como todas las europeas, que no tiene nada especial. Luego hay otra parte que se llama ‘El Momento’, que es el momento de la revolución, cuando llega la gente de España a Nicaragua y se unen a este momento álgido, cuando piensas que estás en el momento de cambiar las cosas, que estás tocando la utopía aunque no llegues. Y luego está la tercera parte que es ‘La Niebla’, que es el salto a la actualidad, la confusión, la confusión del mundo, tanto en Nicaragua como aquí, creo que se relacionan. Donde el consumo ha entrado, donde estas ideologías de los años 60 y 70 se quedaron un poco apartadas porque el consumismo de la gente hace que no puedan haber más sueños colectivos. Y luego está el ‘Epílogo’ de la película, que no lo voy a explicar porque es mejor que lo vea el espectador”.
En “Utopía 79” intervienen ex cooperantes, ex guerrilleros, periodistas que, a día de hoy, aún trabajan en la línea de proyectos de cooperación. Joan López Lloret: “Por una parte, había los tres cooperantes o internacionalistas españoles, dos de Barcelona y uno de Zaragoza, que los conocí a través del mundo de mi madre. Y el diario de uno de ellos explica un poco las aventuras de ellos tres en esos primeros meses de la revolución. Otra pata fue Walter Tauber, que es un periodista suizo que llegó a Barcelona en el año 74, y vivió todo el momento de la Transición aquí, y luego hemos trabajado juntos haciendo documentales, yo le hice de director de fotografía de algunos trabajos, y una vez estábamos en Vietnam, estábamos tomando un café, empezamos a hablar de Nicaragua, y de repente dice ‘bueno, yo estuve allí, escribí artículos, era corresponsal, y encima hice un par de entrevistas al dictador Somoza’. Fui a Ámsterdam, a buscar los artículos suyos que él había perdido, y con eso elaboré la otra parte. La tercera historia, con Omar Cabeza, el guerrillero, empieza porque él había escrito un libro, ‘La montaña es algo más que una inmensa estepa verde’, y la segunda parte, ‘Canción de amor para los hombres’, que es un icono de la revolución, incluso se enseñaba en las escuelas en los años 80, y es un diario de la guerrilla en la montaña. Conseguí el contacto a través de la gente de Nicaragua y también se apuntó a la historia. Y luego hay todos esos personajes que han ido saliendo, como Dora María Téllez, que por cierto está en huelga de hambre ahora, porque es el del partido MRS, el Movimiento de Renovación Sandinista, que es una escisión del año 95 del Frente Sandinista, y ha habido un problema judicial, porque está como sacándole representaciones al Partido, y está precisamente en huelga por eso. Es una persona increíble. Con 22 años había liderado el secuestro al Palacio Nacional de Nicaragua, que era el Congreso en ese momento, con 2.000 rehenes. Luego, con 24 años, estaba al mando de 800 hombres. Es una mujer increíble. Fueron saliendo todos esos personajes, y finalmente también el personaje de Camilo Mejía, hijo de Mejía Godoy, el cantautor nicaragüense, que estuvo en Irak con los marines, en los EE UU, que es como una paradoja también para el final del documental. Fuimos a Miami a conocerlo. Conozco a su hermano, que es músico, y a través de él llegamos y, bueno, es una red, que te metes y vas explorando”.
Y es que en esta revolución, como en otras luchas como la de los refugiados saharauis, las mujeres estaban en primera línea. Joan López Lloret: “Sí, sí, esas tres que salen en el documental declarando ‘mi arma..., yo tenía una carabina..., ¿te acuerdas?
Fragmento de la película: -“Sí, a la compañera le decían ‘La Tigresa de la Carabina’, porque era bárbara con la carabina”. –“Después, cuando recuperamos las armas, agarré una M-16, y con ésta me siento más cómoda”. –“Yo combatí con una pistola de 9 milímetros”.
Joan López Lloret: “Eso está sacado de una película que se llama ‘Mujeres en Armas’, un documental que se hizo en Nicaragua en el año 80, y es brutal. Es la misma película donde sale Dora María con el balancín”. (Si están interesados en el papel que tuvieron las mujeres en la revolución nicaragüense, les recomendamos, además, la película "Nuestra América", dirigida por la suiza Kristina Konrad, que pueden ver completa en este enlace).
En “Utopía 79” se procede a la recuperación y lectura de los distintos diarios personales de los protagonistas. Fragmento de la película: “En la gente hay hambre, repito, tenemos hambre, no apetito. Porque como dice René Viva, una cosa es tener apetito, y otra cosa es tener hambre. El hambre es la necesidad más vital del hombre. No es la vivienda, el techo. No es la salud o la educación. Es la comida. La alimentación. No es ni siquiera el sexo. El instinto más primitivo del hombre es comer. Yo te juro, que cuando andábamos mareados de hambre, me podían poner a la Raquel Welsh en su mejores tiempos, junto a un trocito de carne podrida, y yo no me hubiera tirado sobre la carne fresca de la Raquel Welsh, sino sobre el pedazo podrido de carne”.
Estos diarios, además de que el periodista suizo Walter Tauber sirva de hilo conductor de las distintas historias, le da a la película un cierto aire, si no de homenaje, sí de reivindicación del periodismo..., del buen periodismo, queremos decir.
Joan López Lloret: “Yo creo que el tipo de periodismo de otra época. No el periodismo de ahora. La manera del periodista explorador, el periodista que se presenta en un lugar por su propia iniciativa, y luego allí llama a revistas de Europa y ve que puede enviar artículos. No el corresponsal que lo tiene todo arreglado, sino el aventurero, que es Walter, que ha estado en un montón de países, en Brasil, en conflictos. Pero yo creo que ahora no te vas tan a lo loco como él podía viajar”.
Las imágenes de archivo de “Utopía 79” son bellísimas. La estética de la película no es “de guerrilla”, sino que busca la perfección de la imagen y de los sueños. Sorprende que las imágenes de una lucha, de una revolución, deleiten tanto a la vista.
Joan López Lloret: “Bueno, esto me sorprendió, sobre todo, con el stock de archivo del año 80 – 82, que es cuando los sandinistas llegan al poder, y al poco tiempo llegan los cubanos, y la gente de la Unión Soviética, que les llevan toda la idea de que hay que filmar todo eso, y la idea también de que, a través del cine, se puede llegar a la población para convencer sobre todas las ideas revolucionarias que son positivas para el pueblo. Y se crea el instituto Incine, donde ruedan con película en blanco y negro, película soviética, 35 milímetros, y con unas cámaras que no tienen zoom, son unas cámaras de torretas que hacen que en la época en la que estaban más de moda los zooms, vuelvan a los años de atrás, al estilo Vertov de Rusia en los años 20 o 30. Y entonces tiene este estilo que parece de otra época, de algo muy anterior, y tiene una calidad increíble. Son esos dos años, sobre todo. Ese stock, cuando lo encontré, dije ‘esto es maravilloso’. Pero, por otra parte, está en bastante mal estado. Desde el año 90 hasta la actualidad, el archivo de Nicaragua no ha estado en una cámara frigorífica normal, sino que ha estado a temperatura tropical, y las películas están... Cada vez que metíamos una película en una moviola sufríamos bastante, porque no queríamos dañarla, y sólo tenían una copia, porque muchos archivos originales están en Cuba, ahí perdidos no sé dónde. Fue complicado, pero realmente... Por eso Nicaragua entró como país coproductor y esta película tiene la doble nacionalidad”.
En “Utopía 79”, el director Joan López Lloret nos muestra cómo había una cierta formación política, una formación para la revolución, a través del cine de ficción. Fragmento de la película: “El superhéroe, blanco, esbelto, combatiendo el mal que amenaza la sociedad de consumo. Su cualidad principal: El individualismo extremo. Por eso siempre triunfa ante lo imposible. Éste es el cine que nos impide apreciar la profunda lucha de clases en que vivimos. Mientras que reproduce a la vez, valores de una sociedad en decadencia”.
Películas como “Apocalypse Now” fueron cuestionadas porque, según decían de forma literal era “ambigua en lo comercial y oportunista en lo ideológico”. Algo que quizá hoy en día ha quedado algo relegado al cine documental. Joan López Lloret: “Yo creo que en estos momentos el cine documental ocupa un lugar que es como la conciencia. La conciencia tiene mucha relación con el cine documental. Está ocupando un papel, seguramente, que en otras épocas podían ocupar charlas o incluso conversaciones de café, que se han perdido. Es un refugio, o son momentos, mientras la gente ve documentales, para que empiece a pensar sobre cosas. Más que un mensaje que dice la verdad, o que dice lo que está bien y lo que está mal, o que direcciona a la gente por un lugar, es un modo de abrir una reflexión, y eso es muy, muy importante, en este mundo donde no te das cuenta, y la vorágine ésta en la que vivimos nos hace perder cualquier sentido de las cosas”.
Y en una doble vuelta de tuerca entre realidad y ficción, el hijo y sobrino de dirigentes sandinistas, Ricardo Wheelock, es el técnico de sonido y el compositor de la banda sonora de esta película. Joan López Lloret: “Pues mira, si te digo la verdad, al principio la banda sonora la tenía que hacer uno de los hijos de Carlos Mejía Godoy, no el de Irak, sino otro, que es el que yo conocía, Augusto. Y por cuestiones de agenda, y que cuando nosotros estábamos en la postproducción, él estaba en Nicaragua, y era muy complicado, pues Ricardo, que había salido en la película como personaje, y es músico, hizo la música y estoy muy contento de su trabajo, realmente”.
Joan López Lloret cuando se siente más a gusto es cuando puede hacer películas personales. No en vano, lleva los tres pilares de la creación de “Utopía 79”: La dirección, la fotografía, y el guión, en una forma de hacer que, en principio, no depende de uno, sino de cómo se vaya desarrollando la realidad.
Joan López Lloret: “Te voy a decir que, esta película, tiene un guión perfectamente estructurado. Había gente del medio, incluso coproductores, que habían visto el guión y dijeron ‘en un documental, nunca habíamos visto un guión tan exacto como esto, sólo faltan los diálogos para ser como un guión de ficción’. Y, realmente, si te enseñara el guión verías que es totalmente concreto. Luego hay algunas secuencias que se cambiaron o se eliminaron. Pero es increíble hasta dónde llegué, porque hice varios viajes a Nicaragua antes. Piensa que con los diarios personales tenía un texto, una base, como si fueran diálogos de ficción, y ya podía estructurar bastante. El guión no es nada improvisado. Tuve que elegir, porque en Nicaragua era rodar allí, quedar con la gente, y todo es más complicado que aquí. Incluso a la hora de buscar en los archivos, no podía llegar y decir ‘quiero todo’, sino que tenía que buscar exactamente lo que quería. A nivel de trabajo, una persona muy importante es Alba Mora, mi ayudante de dirección, que también hizo de documentalista en la película. Ella realizó la mayoría de las entrevistas. Otras las hizo Walter, ya que le utilicé de personaje-entrevistador, de hilo conductor. Yo llevo la cámara y me gusta guardar una distancia en las entrevistas con los protagonistas, y en un momento dado, si veo que la cosa no va bien o no interesa el camino por dónde va la entrevista, puedo cambiarlo. Cuando estás involucrado directamente en la conversación, a veces te enmarañas con el personaje y pierdes un poco la perspectiva”.
Han sido dos años, entre el principio del guión y el final del rodaje, de un viaje vital para el director. Joan López Lloret: “Bueno, para mí fue un proceso..., no sé. Cuando fui en el año 93 a Nicaragua tenía muy idealizada la revolución. Y me acuerdo que cuando entré con un amigo, en una barca desde Costa Rica, pues me emocioné, me emocioné con la gente y me pareció increíble. Sentí esta mitificación de la revolución de un lugar que es pobre, pero la gente tiene un orgullo tan grande. Y eso lo he seguido sintiendo ahora, pero he empezado a ver todos los prismas de la historia, y la complejidad de lo que es Nicaragua. No es fácil el país, pero eso es lo interesante. Es un poco como aquí en España en el año 36 y 37, en el principio de la Guerra Civil, cuando hubo también la revolución en Barcelona de los narcos. Son períodos en los que hay muchas líneas, muchos prismas para ver las cosas, son plurales, no es todo una opinión y una manera de hacer. Y es de lo que yo me di cuenta en Nicaragua, que habían habido diferentes ideas que se habían compartido, gente que se había enfrentado dentro del mismo grupo, y esa riqueza, también con una cierta dosis de realidad, te hace darte cuenta de que, en esencia fue, yo creo, increíble lo que pasó, pero también se ven las críticas del comportamiento humano que cae en lo mismo a veces”.
Fragmento de la película: “Me sabía las canciones... ‘El ejército del Ebro, rúmbala, rúmbala, rumbambá..., un día el río cruzó, ay, Carmela...’. Sabía las debilidades más importantes por las que había perdido la revolución de la Izquierda española. Eso yo me lo sabía. Y siempre ocupaba de ejemplo, ¿verdad? Cuidado no os pase lo de los españoles”.
“Utopía 79” no está anquilosada en el pasado, sino que da mucha importancia a los jóvenes, los que, educados en el período sandinista, se plantean lo que sería para ellos el paraíso. Joan López Lloret: “¿El paraíso...? Pues..., el paraíso es un lugar que no conozco, pero que lo puedo oler... Yo te diría que es así”.
Un sueño, un paraíso, una película, que está dedicada al director Joaquín Jordá. Joan López Lloret: “Bueno, a Joaquín lo conozco desde que era pequeño, era amigo de mi madre, de hecho estaba en el mismo grupo político que mi madre, igual que María Mas, una de las protagonistas de la película. Los tres se conocieron ahí. Entonces lo conozco mucho desde que era un niño. Y luego hay varias personas del equipo, como Alba Mora, la primera ayudante de dirección, Dea Pompa, que es de Paraguay, y que es la segunda ayudante de dirección, que de hecho tiene ahora un cortometraje que se llama “Restaurando a Héctor”, que tiene una relación con la película de Jordá, y que está muy bien, lo recomiendo si alguien lo puede ver por ahí. Y, ellas dos, por ejemplo, habían colaborado con Joaquín, y habían estudiado con él. Yo no fui alumno de Joaquín ni nada, pero en los últimos años nos volvimos a relacionar. Ninguna colaboración profesional ni nada, pero a veces iba a su casa. Por ejemplo, “Hermanos Oligor” la vimos los dos metidos en su cama, un domingo por la tarde, me acuerdo, y así de cachondeo. Y cuando estaba con el guión de Nicaragua se lo había enseñado, porque él no podía leer en las últimas épocas por su enfermedad, pero le había explicado la estructura y discutíamos. Él me decía ‘¡son dos películas!, ¡son dos películas!’. Y al final, bueno, justo coincidió con su muerte el finalizar la película y fue como una pequeña broma, el decir ‘bueno, pues ahora te la voy a dedicar, ya que discutías tanto’. Y, realmente, porque me hacía ilusión. Pero es una cosa más personal, ya te digo, que profesional”.
Recuerden el título de la película: “Utopía 79”, la utopía de Nicaragua, el último sueño revolucionario.
¿El último...?
Informe, pregunte, comente.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio