La mirada documental de "Las tortugas también vuelan"

Hoy se estrena en los cines españoles Las tortugas también vuelan, que ganó la Concha de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de Cine de San Sebastián. Si van a verla les parecerá lo mismo que a nosotros, que se trata de una película de ficción sobre la vida de unos niños de un pueblo del Kurdistán, durante la Guerra de Iraq. Pero el director, Bahman Ghobadi, ha querido matizar esto y ha dicho que él rodó la película como si fuera un documental, o un docudrama más bien, y sin guión previo, ya que lo escribía día a día, según las vivencias de la gente.

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Bahman Ghobadi: “Les pedí a los chavales kurdos que expresaran su vida, sus vivencias, una a una y cada uno, no que representaran una fantasía o un papel determinado. Por otra parte, como yo soy kurdo, mi infancia ha estado llena de sufrimientos y avatares, y he podido contactar con estos críos que están rodeados y atrapados en un campo de refugiados”.

Las tortugas también vuelan es además una historia fruto de un año de convivencia del director con la gente del pueblo y de seis meses de rodaje en una situación de preguerra, secuestros, terrorismo y atentados en todo el territorio iraquí.

Bahman Ghobadi: “Mi método, el secreto de hacer este tipo de cine fue familiarizar poco a poco a los niños, a los aldeanos, a las personas que había escogido para esta película, con la cámara. Es decir, quería que vivieran, actuaran de una forma natural delante de mi cámara, y expresaran sus propias experiencias. Para esto, con el mismo vehículo que yo utilizaba para ir a la escena y hacer las tomas, les traía también a ellos de vuelta. Me hice su padre, me hice su amigo, me hice su familia. En primer lugar había que crear una confianza entre ellos y conmigo, y después crear una confianza general para que revivieran sus experiencias. Mi misión, mi tarea, fue, simplemente, plasmar las experiencias de esta gente”.