Javier Bardem y los documentales
¿Quieren saber qué relación tiene el actor Javier Bardem con los documentales? Nosotros se lo hemos preguntado.
Javier Bardem: "Con Médicos Sin Fronteras tuve el regalo divino de que me aceptaran en el terreno y ahí pude hacer algo entre un minidocumental y un spot, que se quedó en un minispot por el tema de las televisiones y todo eso, lo de siempre, pero tengo la intención de seguir colaborando con ellos para así, desde el documental o desde lo que sea, acercar un poco la realidad y ayudar en lo que se pueda a que la gente se dé cuenta de lo que están haciendo. Y si es desde el documental cojo una cámara y dirijo, vamos. Lo que pasa es que yo no tengo el talento necesario para narrar visualmente algo. Yo soy un actor, con lo cual soy un muñequito que dice frases que otro escribió. En ese sentido, ese es mi trabajo y estoy encantado con él. Pero sí es verdad que cuando está en juego el hecho de mandar información a más gente de lo que está sucediendo en cualquier lugar del mundo, uno ya se olvida de las categorías y de los títulos y dice, bueno, qué puedo hacer. Creo que es importante el documental porque el documental puede conseguir una capacidad de conexión y de impacto con el espectador, que la ficción quizá no consigue, porque refleja hechos, reales, que suceden ahí".
Javier Bardem participa además, junto a Carlos Sáinz, en el documental Albert Llovera, las alas del Fénix, sobre la vida del deportista olímpico Llovera, tras el accidente que le ha obligado a convivir con una silla de ruedas.
Javier Bardem: "A mí me invitó el director José María Borrell teniendo en cuenta la referencia con Carne Trémula, en la que hice un trabajo sobre una persona en silla de ruedas, también a colación con el trabajo de Ramón Sampedro, cuya opción, y necesidad, y deseo eran totalmente opuestos a los de Albert. Yo respeto ambas opciones, porque las dos nacen de la voluntad, de la meditación, de la consciencia, y del deseo único y expreso de llegar hasta las últimas consecuencias con el significado de la vida y de la muerte. Creo que una no debe invalidar a la otra, que es lo que pasa en este país, que siempre que ponemos una idea, inmediatamente estamos criticando la otra. No. Creo que el mundo es un amplio espejo de relativos, no hay verdades absolutas, la verdad es algo que se mueve, es algo que se transforma, y en ese mundo de los relativos, hay más cabida para el entendimiento y para la consciencia de los problemas del otro. Yo entiendo a Ramón Sampedro, por qué quiso morir, y entiendo lo que fue mi personaje de Carne Trémula, y por supuesto entiendo las ganas de vivir de Albert Llovera. Particularmente, lo de Llovera me llega de una manera más especial porque a mí la idea de pasar 'al otro barrio'..., pues no me apetece".
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