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Aproximaciones a la Realidad.

martes, junio 14, 2005

Rolando Pardo, director de "Cantando bajo la tierra": "He grabado la 'Operación Fracaso'"

El jueves se estrenó en los cines Princesa de Madrid el documental Cantando bajo la tierra, un largometraje del argentino Rolando Pardo sobre los músicos que trabajan en el metro.

Por si no les suena el nombre del director les diremos que ha escrito y realizado documentales y series de televisión en Argentina, y también, entre otras cosas, el videoclip Ala de colibrí, para el cantante cubano Silvio Rodríguez. Desde 1997 es director académico de la Escuela de Cine de Cuba, y como estos días se encuentra por allí, nos hemos puesto en contacto con él a través del correo electrónico para que nos cuente algunas cosas de su nueva película.

- La Hora del Documental: ¿Por qué los músicos del metro de Madrid?, ¿hay más músicos aquí que en otros lugares?

- Rolando Pardo: Muy simple, viajaba todos los días en el metro hasta que de tanto detenerme a escuchar a los músicos y mirarlos, los observé más detenidamente. Ahí comenzó la película... Hay músicos en varias partes de Madrid. En baretos de mala muerte, en la calle por todas partes, frente a las grandes tiendas, y así.

- L.H.D.D.: Al principio, el documental parece un ejercicio de curiosidad, de necesidad de conocer algo más de estas personas entregadas y necesitadas de su música, pero después se abre tanto el abanico que parece un homenaje a todos los músicos que no han tenido la oportunidad de triunfar, algo así como "la otra cara de Operación Triunfo"...

- R. P.: Ese sería el título acertado: "Operación Fracaso"... Claro que fracaso y triunfo son caras de la misma moneda. Qué es hoy de la vida de Rosa, y no te nombro cientos de músicos, cantantes y actores o actrices famosos de todo el mundo porque sería extenso, pero ya están olvidados, otros esperan su olvido; así es la vida, ¿no? Y también tienes razon, se trata de un abanico con intención de homenajear, pero reitero no con intención de rescatarlos de su fracaso, todo lo contrario, ellos mismos se salvan día a día tocando, actuando...

- L.H.D.D.: Más que un fresco musical, parece un fresco humano. En Cantando bajo la tierra aparecen ¡más de veinte músicos! Y de nacionalidades diferentes, aunque todos se encuentren en la zona centro del metro de Madrid.

- R. P.: Absolutamente. Es un fresco humano, o por lo menos esa fue mi absoluta intención. Y podrían haber sido muchos más de veinte; muchos se fueron de vuelta a sus países, a otros lugares donde se gana más. Son como golondrinas. Nunca están en un mismo sitio. Recuerdo un húngaro que tocaba, con más de 150 botellas de agua, una versión en tiempo de jazz de Guantanamera; una belleza... Hablé con él, estaba de acuerdo en que filmáramos y un día, zas, desapareció. No lo vi más. Y otros que cantaban clásicos de la ópera a capella, y también trabajaban la numerología. En fin, una cantidad inimaginable de seres humanos exóticos, extranos pero entrañables, tratando de subsistir, de conseguir papeles, de comer...

- L.H.D.D.: A veces el espectador se queda con ganas de profundizar y conocer algo más de la vida de alguno de los protagonistas. Por ejemplo, de la chica que estudia en la Escuela de Idiomas, de su doble vida... ¿Nos puede contar algo más de ella?

- R. P.: Esta chica es una persona maravillosa que se ganaba la vida y se pagaba los estudios de español cantando en el metro. Además trabajaba de empleada en una casa de una familia muy rica y también muy miserable, no le dejaban encender la calefacción de su cuarto para que no gastase energía... Tenía un poco de vergüenza de que la vieran cuidando una niña y limpiando una casa. En pocas palabras, que no era una sirvienta. Tenía una visión muy especial sobre el macho ibérico. No hablaba del amor. Tenía más que miedo precaución, se preservaba. Pero en general, casi todos los músicos tienen un gran pedazo de vida oculta, o mejor dicho, íntima, que no creo que sea justo exponerla, no se debe caer en la morbosidad de retratar su miseria, su locura o su mentira, eso no nos pertenece, eso es de ellos solamente.

- L.H.D.D.: Malik Yakub, de Estados Unidos, cuenta en la película que en 1989 estuvo preso quince días por tocar en el metro de Gran Vía y que le detuvieron tres años por negarse a ir a Vietnam. Sus historias particulares son las historias de todos, de la economía, de la política...

- R. P.: Desde luego, como en todo ser humano, hay cuestiones políticas, burocráticas y demás. Lo que los diferencia, y seriamente lo digo, del resto de los mortales es su grado de fragilidad. Es tal que deben mentir, mentirse para sobrevivir. Esto debo aclararlo, cuando digo mentir se trata de creerse una mejor vida, inventarla y reinvertarla día a día. (No es en todos los casos, pero sí en la mayoría).

- L.H.D.D.: El estreno de Cantando bajo la tierra en España coincide con la publicidad comercial en televisión de la música aflamencada de "El Bicho", uno de los intérpretes protagonistas del documental. ¿Qué nos puede contar de él? ¿Quizá la película puede funcionar como empujón a sus carreras? Músicos consagrados, como Ismael Serrano, no ocultan las dificultades de sus comienzos, cuando cantaban en el metro.

- R. P.: Lo del Bicho y su inclusión en el filme se debe a que ellos comenzaron cantando en la calle, pasando la gorra en los espectáculos de Paco de Lucía. Mientras la gente hacía cola para sacar su entrada ellos tocaban y, bueno, ahora mira lo que son. Una maravilla de gente y de músicos. En cuanto a que la película sea un empujón para su carrera, creo que es al revés, ellos nos estan dando el empujón a nosotros.

- L.H.D.D.: Algunos, como el nigeriano Jahbless, tienen los requisitos necesarios en el mercado para triunfar: juventud y energía. Otros, como Basile Negru, de Rumanía, o el español José María Martínez "Chema", con sus famosos efectos bucales de pájaros y silbidos, están más vapuleados por su edad y por el escepticismo. Pero no dejan la música, no quieren otra forma de vida...

- R. P.: Sí, y lo dicen; les gustaría o bien seguir como músicos pero en mejores condiciones o bien cambiar de oficio, como es el caso de Chema, el silbador, que de tanto en tanto hace trabajos de carpintería, o en obras de la construcción. Fíjate en una cosa, Chema trabajaba con un trío, un violinista, él mismo y un manco, que sólo se paraba frente a una lata, y su trabajo consistía en hacer un gesto con los ojos para que la gente depositase unas monedas en la latita que estaba en el suelo. Lo más grave era cuando el pobre manco tenía ganas de orinar. El caso de Jahbless es distinto, es joven y esta muy, muy desamparado, es muy duro, no sé qué se puede hacer allí. Por eso, como te decía antes, es muy complicado tener que abrirles la vida así como así, no es justo. ¿Estás de acuerdo?

- L.H.D.D.: Sí, claro que estoy de acuerdo. El pudor, el respeto y la moral son cuestiones que pesan en la espalda del documentalista, es muy distinto a cuando trabajas con un actor. Cantando bajo la tierra no plantea "juicios" en ningún momento, pero es inevitable preguntarse si todos tienen vidas extraordinarias o se han creado su verdad extraordinaria y qué pensaba usted cuando se iba introduciendo en sus vidas.


- R. P.: En general, yo creo que se inventaron una vida. No es malo eso. Quién no se inventa una vida. Quién no tiene una doble personalidad. No sé quién dijo que una vida con una sola personalidad sería muy aburrida...

- L.H.D.D.: ¿Nos puede contar si está trabajando ahora en algún otro proyecto de documental?

- R. P.: Sí, y estoy feliz. Se trata de una pelula llamada Pequeña Habana y trata de la vida de unos enanitos que viven aquí, precisamente, en La Habana. Ellos hablarán de sus amores, de sus pasiones. Es una historia tierna, sin pretensiones. Creo que empezaré a rodar en unas pocas semanas más.

Les recordamos que este jueves tienen otra oportunidad de ver Cantando bajo la tierra. A la proyección de las 20.00 horas le precederá un concierto de algunos de los músicos que aparecen en el documental, en la Plaza de los Cubos.

Informe, pregunte, comente.

1 comentarios:

  • ME ENCANTO EL DOCUMENTAL. ME INTERESA EL TRATO QUE SE LE DA A LOS PROTAGONISTAS DEL DOCUMENTAL. ES DIFICIL NO CAER EN EL MORBO DE CONTAR O INTENTAR SONSACAR LAS MISERIA DEL SER HUMANO. CONSEGUISTES QUE LLEGUEN MUY BIEN LOS PERSONAJES SIN ESA NECESIDAD. ES ENTRAÑABLE.
    ESTOY MUY INTERESADA EN EL DE "PEQUEÑA HABANA" ME HABLARON DE ELLA. "BAJO TIERRA" LA VI EN TVE2.GRACIAS

    De Anonymous Anónimo, A las 9:25 a. m.  

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