Un programa estelar es una serie documental de seis capítulos, de media hora cada uno, que TVE2 emite en la actualidad los martes a las 16.55 horas. Sus autores son la periodista Ana Ruiz, y Enrique Joven, del Instituto de Astrofísica de Canarias.
Lo primero que nos ha llamado la atención de la serie es su carácter didáctico, la idea de explicar de forma sencilla aspectos esenciales en el conocimiento del Espacio. ¿Cómo surgió la idea y el planteamiento de los capítulos?
Ana Ruiz: "La idea original es de Enrique Joven. Explicar el Universo no es tarea fácil aunque haya muchos documentales y libros de divulgación al respecto. Quizá quien mejor supo hacerlo fue Carl Sagan. Su Cosmos es un ejemplo de cómo explicar y hacer atractivo un mundo científico, de ideas a veces abstractas, difícilmente comprensible si uno no es docto en ciencias, por ejemplo. Con la idea original no fue en exceso complicado ir desarrollando los contenidos, encajar en cada uno de los seis capítulos aquello que los hiciera diferentes, pero consiguiendo que, al final, se contase una historia completa (o casi)".
Enrique Joven: "Decir que la idea es cosa mía únicamente sería racanear la verdad. La intención primera era aunar el mundo de la televisión y el mundo de los telescopios, y el elemento en común era la imagen. Y más en estos tiempos tecnológicos que corren, donde la calidad de cámaras y vídeo crece vertiginosamente. Y a esa idea primera le unimos la música. Con este conjunto 'estético' sólo quedaba –que no es poco– enseñar y divulgar. Echar mano de la Historia y de las historias. Ana menciona Cosmos, pero ésas son palabras mayores. Tengo más de un amigo que se enganchó a la ciencia viendo a Sagan. No hemos sido tan ambiciosos, aunque sí hemos querido hacer algo distinto...".
¿Cómo habéis dividido la serie? ¿Podéis hablarnos un poco de los contenidos de los capítulos, lo que queríais que estuviera y lo que no os importaba tanto que se quedase al margen?
A.R.: "Los guiones han ido sufriendo cambios a lo largo de un año, o quizá más. Al comienzo del trabajo los textos eran más largos, luego se han ido recortando, hasta conseguir que ocupen (si fueran leídos de un tirón) la mitad más o menos de cada capítulo. Hemos preferido dejar hablar a las imágenes, sin off, con música, de tal forma que haya descansos para el espectador, que disfrute del paisaje celeste y de la música que lo acompaña. Quizá lo que hemos dejado al margen han sido las intervenciones de los científicos (no hay entrevistas en la serie) con ese mismo objetivo de accesibilidad; usar palabras sencillas para intentar explicar algo tan complejo no ha sido fácil. Probablemente hemos jugado con la ventaja de ser un físico y una periodista quienes hemos elaborado el trabajo".
E.J.: "Si antes os comentaba que habíamos unido Astronomía y Televisión gracias a la imagen, lo mismo podría decir de los contenidos. Ana es periodista y yo presuntamente un científico, ciertamente. Así que uno ponía el fondo y otro la forma, o ambas cosas. De esta manera los contenidos se entienden y son veraces. O, al menos, eso pensamos. La estructura de capítulos es bastante 'clásica': comenzar con la Historia, continuar con las estrellas y los planetas y terminar con la tecnología. No hemos descubierto la rueda. Pero la hemos decorado un poco para que resulte nueva. A un lado hemos dejado la aparición de 'expertos' en pantalla. Rompen la narración y, por lo general, aburren. Además tienden a contar sus cosas, irremisiblemente...".
El guión, además, tiene ciertos rasgos poéticos, incluye anécdotas y puntos de vista que hacen los contenidos más cercanos...
A.R.: "Yo no lo llamaría 'poesía' en sentido estricto. Quizá sea sólo una redacción elocuente, pausada, que busca la complicidad del espectador y, sí, su cercanía. No estamos, en general, acostumbrados a ver documentales 'científicos'. La audiencia, y más a las cinco de la tarde, no quiere que le llenen la cabeza de datos incomprensibles. Son mejor unas pinceladas que, ojalá, creen afición por estos asuntos a quienes aún no han descubierto lo hermoso que es el cielo".
E.J.: "La Astronomía tiene una componente 'romántica' nada desdeñable. No conozco a ningún astrónomo que lo sea por obligación, y muchos llevan su trabajo hasta el límite de la pasión. Aunque trabajemos a diario con ordenadores y cámaras digitales, sigue emocionando ver el Cielo a simple vista o con un telescopio convencional. El texto intenta reflejar esto. Hablar de la 'música de las esferas celestes', por ejemplo, resulta más sugerente que la teoría de las supercuerdas en Cosmología. Y más comprensible".
Suponemos que no habrá sido nada fácil el montaje de los documentales, sobre todo por la necesidad de recurrir a imágenes fijas ilustrativas.
A.R.: "Una de las partes más farragosas y menos agradables del proceso (dos años y medio desde la primera idea hasta que hemos concluido el trabajo) ha sido la recolección de las imágenes. Hemos trabajado con más de un millar, procedentes de los mejores telescopios del mundo, y la mayoría con una alta resolución. Esas fotografías, digitalizadas, no han sido manipuladas, sino tratadas mediante montaje no lineal, con lo que conseguimos que el espectador se pasee por el Universo y pueda 'volar' entre las galaxias o llegar a los planetas más lejanos".
E.J.: "Las imágenes fijas son un problema en televisión, aunque yo personalmente tardé en comprenderlo. Alguien del equipo me comentó al principio de la aventura que no podíamos hacer una serie documental que pareciera una sucesión de diapositivas. Televisión es movimiento. Ahí interviene la labor de montaje y realización. Con el problema añadido del presupuesto y los medios. Las animaciones son carísimas y no encajaban en la 'filosofía' de la serie porque no son imágenes reales. Así que recurrimos a la paciencia. La obtención de las imágenes fue un problema menor. Internet es un motor fabuloso y los contactos funcionaron a la perfección. Todas las instituciones que aparecen en los créditos cedieron sus fotografías de forma desinteresada. Lo que no deja de resultar increíble en estos tiempos que corren, donde poner un disco de Los Chichos en una fiesta privada está sujeto a un canon de pago. Así que resultó barato".
Un aspecto esencial que habéis utilizado para dar ritmo a la serie es la música. Desde bandas sonoras muy conocidas del cine, hasta éxitos de Led Zeppelin... ¿Cuál fue el criterio de selección?
A.R.: "La música es 'conditio sine qua non' para que la serie sea como es. Se trata de transmitir belleza y emoción, usarla como forma de expresión, unida a palabras e imágenes...".
E.J.: "Utilizamos unas ochenta sintonías, más o menos. El criterio de selección no fue otro que el gusto propio. Hay autores muy conocidos –Mike Oldfield, sobre todo–, pero otros no tanto, como David Akerstone o John Adorney. También música celta, como Clannad o Loreena Mckennit. En fin, un poco de todo".
En las últimas semanas, la astronomía ha pasado de ser un breve en los periódicos cada quince días, a abrir informativos y portadas de revistas de todo tipo, no sólo las especializadas. Las imágenes de Titán han debido dejarnos la misma cara de asombro que las de las personas que vieron en su momento el primer viaje a la Luna. ¿Pero cómo afectan estos temas a la gente de a pie? ¿Creéis que los descubrimientos sobre Titán pueden variar de alguna manera algunas de las ideas sobre el espacio que se han venido sosteniendo a lo largo de los años?
A.R.: "No sabemos cómo afectan estas cosas a la gente de a pie. Sí sabemos que interesan, que transmiten misterio, distancias a las que no estamos acostumbrados, una sensación de vértigo al contemplar qué enorme es el Universo y qué pequeños somos nosotros, flotando en medio de todo... Saber dónde estamos, qué leyes físicas mueven todo, y a nosotros, con ese todo, es básico. La enseñanza de las Ciencias en la escuela no es óptima ni mucho menos. Quizá poder ver aquello de lo que hablamos es indispensable y la televisión tiene en esto un papel principal. Respecto a las ideas, todo está en constante evolución, en duda constante. Hay teorías que la empírica va haciendo cambiar".
E.J.: "La aventura espacial es, desde siempre, apasionante. Pensemos, por ejemplo, qué podría haber ocurrido durante la Guerra Fría, si rusos y americanos se hubieran enfrentado lanzando misiles en lugar de cohetes al espacio... o al ajedrez (Fisher vs Spassky). A la gente le gusta la ciencia, le gusta pensar y le gusta soñar con otros mundos. La 'involución' que sufre la televisión parece un mal sueño. Por eso, cada vez que hay un mínimo acontecimiento relacionado con el Espacio, la noticia es primera plana. Titán no es el comienzo ni el final, pero sí un acontecimiento memorable. Y toda la Humanidad participa de estos éxitos... No tenemos muchas buenas noticias últimamente como para desperdiciar éstas. Aunque no van a cambiar nuestras vidas a corto plazo, ni mucho menos".
Parece que hay etapas de estancamiento en los avances de las investigaciones y otros periodos en los que se avanza de forma sorprendente. ¿A dónde pensáis que nos llevan los últimos descubrimientos? ¿Se utilizarán de forma beneficiosa estos conocimientos? ¿Hay que poner límites?
A.R.: "No veo relación entre 'destruir' e investigar. Aún no se conocen muchos rincones de este planeta Tierra, las estrellas están muy lejanas, pero el afán del ser humano por descubrir, por ir más allá de los límites físicos e intelectuales es lo que nos ha hecho avanzar siglo tras siglo...".
E.J.: "La tecnología que utilizan los telescopios o las sondas espaciales es prácticamente la misma que se usa en los misiles, por ejemplo. De hecho, y por desgracia, primero se prueba en estos últimos y luego, si hay crisis en la industria bélica, se abre la mano y pasa a la ingeniería civil. Pocas veces ha sido al contrario y ahora las cosas van a peor –por desgracia– que durante la llamada 'Carrera Espacial'. Al no haber competencia, no hay necesidad del gasto. Por otra parte, la limitación a los 'descubrimientos' es cero, todo se comparte. No hay extraterrestres escondidos en laboratorios ni cosas por el estilo. Y no creo que podamos hablar de 'contaminación' porque una sonda terrestre se haya posado en Titán. Sería ridículo. Posiblemente no tengamos vecinos, así que no molestamos si armamos algo de ruido".
Como apuntáis en la serie, el azar, la casualidad, han sido muy importantes a la hora de encontrar respuestas a los misterios del espacio. ¿Qué opináis al respecto?
A.R.: "El azar... es como las musas, que nos pillen trabajando. Muchas personas han podido tener ideas brillantes que luego no han ido a ninguna parte...".
E.J.: "Todos somos fruto del azar. La evolución es un producto del azar, de la adaptación más afortunada al medio. Sin el azar, simplemente no existiríamos. Pero no confundamos azar con suerte. Y menos con fe. Y las casualidades ocurren porque estamos allí para que sucedan. Un cometa aparece de forma fortuita, pero si no estamos con la cabeza mirando al Cielo difícilmente lo veremos...".
En la astronomía podemos encontrar también el final de nuestro mundo...
A.R.: "La ciencia y la ciencia-ficción. No, yo creo que el final de nuestro mundo nos lo estamos trabajando poquito a poco, día a día. La contaminación no es algo que no nos afecte, e influye mucho más que miles de cosas menos conocidas para ayudar a destruir este Planeta. Como decimos en la serie, conocer otros mundos puede ayudarnos a salvar a éste, el nuestro, el único habitable en miles y miles de kilómetros de distancia".
E.J.: "El fin del mundo no es sólo una figura bíblica. Existe porque la Tierra y el Sol, sin ir más lejos, tienen una vida propia que se extinguirá algún día. Pero las escalas de tiempo son tan diferentes a la de una vida humana convencional que, posiblemente, no llegaremos a eso. Pueden pasar tres mil cosas de aquí a tres mil años...".
No es normal que los documentales en general, y los documentales de ciencia en particular, hagan picos de audiencia en nuestro país. ¿Cómo nos explicamos entonces que se pirateen capítulos por Internet?, ¿la responsabilidad es de los medios, que no promocionan lo suficiente estos contenidos?
A.R.: "Un programa estelar está teniendo una media de 700.000 espectadores cada martes, el doble de los que ven un partido de baloncesto, por ejemplo... Y la Astronomía no parece ser algo que rompa los shares de las televisiones... Está claro que es un programa hecho por y para la televisión pública, por un equipo reducido de personas (nueve), pero apasionadas por hacer algo bien hecho... En cuanto a los piratas..., pues tienen buen gusto...".
E.J.: "No hay que engañarse al respecto... Prima entretener y divertir, y esas premisas implican pensar lo justo. Es normal, nadie quiere llevarse trabajo a casa. Por eso ninguna cadena privada programa documentales, salvo canales temáticos por cable o satélite. La 2 es un reducto, una isla, como los famosos documentales de la BBC (también cadena pública, por cierto). Pero en una isla puede caber mucha gente. Tenerife es un ejemplo. Más o menos su población es el número de espectadores de la serie. Y no son pocos. Son, simplemente, menos. Respecto a Internet, yo soy un convencido. Calificar de piratas a gente que comparte documentales que se han pasado por televisión y que no se comercializan me parecería un disparate. Alguna forma tiene que haber de conseguirlos, no todo el mundo está en casa a las cinco de la tarde...".
¿Haréis más documentales?
A.R.: "Ojalá...".
E.J.: "Laborar es trabajar, y esto ha sido una diversión. La divulgación puede ser en ocasiones tan atractiva como la propia investigación, y merece la pena ese tiempo invertido. Si va a haber 'segunda parte', eso, desgraciadamente, no está en nuestras manos. Doctores tiene la Iglesia y sabios TVE".
Informe, pregunte, comente.