Cuando la sencillez es vanguardia
El centro "Anthology Film Archives" es lo que se conoce como la Filmoteca de Nueva York. Albergada en un edificio de ladrillo visto en el cruce de la calle dos y la segunda avenida de Manhattan desde el doce de octubre de 1988, existe, en realidad, desde bastante antes, el 30 de noviembre de 1970. Es hija del empeño del director y escritor lituano Jonas Mekas que, tras sufrir ocho meses en un campo nazi de concentración de prisioneros, decidió estudiar Filosofía y emigrar con su hermano a la tierra de los sueños sin promesas. Desde el inicio de mi experiencia neoyorquina he vivido a pocas calles del reino de Jonas Mekas. Su predilección por lo cotidiano, y su forma despreocupada de mover la cámara, me animó a volver a utilizar la mía, y lo hizo aportándome una profunda sensación, inesperada, de disfrute y felicidad. Lo cierto es que no sé por qué he tardado tanto en dedicarle unas líneas. Informe, pregunte, comente.
El "Anthology Film Archives" es un centro internacional para la preservación, estudio y exhibición de cine y vídeo, como ellos dicen, “con un especial énfasis en las producciones independientes, alternativas y vanguardistas, y en los clásicos”. Las salas están equipadas con equipos de proyección de 35mm, 16mm, 8mm, Super-8mm y vídeo. Además de la selección del comité del centro, se exhiben retrospectivas individuales, visiones de otras nacionalidades, de minorías, y festivales temáticos. También cuentan con una biblioteca especializada en cine que incluye libros, publicaciones periódicas, fotografías, carteles, grabaciones de presentaciones y entrevistas, catálogos de distribuidoras y festivales, y de cineastas y organizaciones. Otra labor que desempeñan es la de salvar, literalmente, unas 700 (hasta hoy) películas de la escena experimental e independiente norteamericana del último medio siglo, como las de Stan Brakhage, Joseph Cornell, Maya Deren, Bruce Baillie, Jordan Belson, Paul Sharits o Harry Smith. En la segunda planta de este viejo edificio que se mantiene sólo gracias a las donaciones..., está colgado el documento original que el jefe de todo esto, Jonas Mekas, escribió hace ahora algo más de dos décadas, y que tituló como el "Anti-Manifiesto de los cien años de cine". Una declaración más de principios, como el de rodearse de amigos (Andy Warhol fue uno de ellos, y también John Lennon), el de grabar a su alrededor, a ser posible cada día, y amar a la imagen por sí, sin que esté unida a un argumento. Aquí lo tienen:
Y ésta es su traducción literal:
“Hay quienes hablan del Fin de la Historia.
Hay otros que afirman que estamos en el Fin del Cine.
¡No crean nada de eso!
Y la industrias cinematográficas y los museos del cine del mundo están celebrando el centésimo aniversario del cine; y hablan de los millones de dólares que sus salas han recaudado; discuten sobre ‘sus Hollywoods’ y sus estrellas…
Pero no se menciona a la vanguardia, a los independientes, de NUESTRO CINE. He visto los folletos, los programas de los museos y archivos y de las filmotecas del mundo. Sé de qué cine están hablando.
Pero quiero aprovechar esta ocasión para decir lo siguiente:
En tiempos de grandeza, de películas espectaculares, de producciones cinematográficas de cien millones de dólares, yo quiero hablar de los pequeños actos invisibles del espíritu humano, tan sutiles y tan pequeños que mueren cuando se les coloca bajo las luces Klieg.
Quiero rendir homenaje a las pequeñas formas del cine, las expresiones líricas, la poesía, la acuarela, el boceto, el esbozo, la postal, el arabesco, el terceto, la bagatela, y los cánticos en 8-mm.
En estos tiempos en que todo el mundo quiere éxito y vender, yo quiero homenajear a aquellos que abrazan el fracaso social y diario, para perseguir lo invisible, lo personal, las cosas que no dan dinero ni pan, y que no conforman la historia contemporánea (la historia del arte o cualquier otro tipo de historia).
Estoy a favor del arte que hacemos por los demás como amigos, por nosotros mismos.
Estoy en pie en el medio de la Autopista de la Información y me río...
Porque una mariposa que está sobre una pequeña flor en alguna parte, en algún lugar, acaba de agitar sus alas y sé que todo el curso de la historia cambiará de forma drástica por ello.
Una cámara de super-8 acaba de hacer un pequeño suave zumbido en algún lugar del Lower East Side de Nueva York, y el mundo nunca será lo mismo.
La historia real del cine es la historia invisible – la historia de los amigos que se reúnen, que hacen lo que aman -,
para nosotros el cine está empezando
con cada nuevo zumbido del proyector.
Con cada nuevo zumbido de nuestras cámaras,
nuestros corazones.
Salten
hacia delante,
amigos míos:
Jonas”.