El director Arturo Cisneros presentó su documental Bagdad Rap en el Festival Internacional de Documentales de Pamplona, "Punto de Vista". Había bastante expectación por conocer la obra del navarro al que la prensa de Estados Unidos ha calificado como el "Michael Moore español", y allí pudimos hablar con él sobre este apodo y sobre su película:
Bagdad Rap es un documental musical que nace de una circunstancia política muy concreta...
Arturo Cisneros: “Sí, Bagdad Rap surge de la necesidad de tomar partido en la Guerra de Irak. Nosotros decidimos pasar a la acción, pasar al campo de batalla de la información, que es donde creemos que se ganan o se pierden las guerras en el siglo XXI, y vamos a Irak con el objeto de ser testigos de primer orden de lo que iba a ocurrir allá y de dar un punto de vista que entendíamos que los medios de comunicación no estaban dando. Tenemos que pensar que estábamos en marzo de 2003, cuando el Gobierno de Aznar estaba alineado con el Ejecutivo estadounidense e iba a entrar en guerra con Irak. Entonces decidimos ir allá y retratar lo que nosotros estábamos viendo, desde un punto de vista independiente y sin ninguna atadura ni política ni económica. Tuvimos la buena o mala fortuna de que nos sorprendió el comienzo de la Guerra allí y fuimos testigos de aquellos días previos a la invasión estadounidense y parte del equipo se quedó también durante la invasión de Irak”.
A Cisneros le movía una motivación personal, ya que el enfoque de la película es el de los brigadistas españoles que acuden al conflicto, y él es uno de estos brigadistas.
Arturo Cisneros: “Bagdad Rap es parte de nuestro compromiso con la defensa de algunos derechos humanos fundamentales, como el derecho de la gente a vivir, como el derecho a la paz o el derecho de los pueblos a elegir su futuro libremente. Yo voy como parte de esa Brigada y además tengo mis funciones concretas dentro. Éramos veinticinco personas con una agenda de actividades bastante apretada. Lo que se pretendía era, además de ser testigos de lo que estaba ocurriendo allá, como ciudadanos del Estado español cuyo Gobierno era parte activa en el asunto, llevar a cabo en esos cinco días (íbamos a estar más tiempo, pero tuvimos que salir precipitadamente), las acciones que habíamos diseñado de denuncia y de solidaridad con la gente de allá. Yo, además de cumplir con mis funciones en la Brigada, iba todo el rato con la cámara en la mano, grabando todo lo que veía, y a la noche, cuando ya volvíamos al hotel, plantaba mi trípode, mi pequeño set, y me liaba a hacer entrevistas a todo el mundo. Bagdad Rap es más una denuncia de lo que está pasando, que un ejercicio artístico, prima sobre todo la denuncia política o sociopolítica o como se le quiera llamar, porque creemos que hay que tomar parte, porque es que si no las cosas van a ir empeorando y empeorando, y si no hacemos nada no sé dónde vamos a acabar”.
Con Bagdad Rap, a Arturo Cisneros se le ha colocado la etiqueta comercial de ser el Michael Moore español, algo que de puertas para fuera vende muy bien, pero que quizá a nivel personal no le haga tanta gracia porque no se sienta identificado o cómodo con un determinado estilo.
Arturo Cisneros: “El estreno universal de Bagdad Rap se produce en julio del año pasado, en la Sección Oficial a concurso del Festival de Cine Latino de Los Ángeles, que es una de las citas más importantes del cine latino en los Estados Unidos, en pleno corazón de la industria estadounidense, en la sede de la Cinemateca americana. Allá, después de ver la película, los periodistas dieron con esa etiqueta. Michael Moore trabaja documental de denuncia social y estaba haciendo campaña contra la Guerra. Dirigió Fahrenheit 9/11, que además ha sido el documental que más ha recaudado en la historia del cine y que ha roto todas las fronteras. Y yo también, hice Bagdad Rap, que también es un documental de denuncia explícita contra una situación política, en este caso la Guerra. Yo creo que son más las cosas que nos distancian que las que nos acercan, porque Michael Moore, además de contar con un presupuesto ilimitado, es un showman estadounidense y controla muy bien el lenguaje para los estadounidenses. Yo parto de otra realidad absolutamente diferente. Yo trabajo desde la independencia y con otro tipo de motivaciones. Él utiliza la sorna, yo utilizo la rabia. Al principio me hizo mucha ilusión... Este es mi primer documental, y que te comparen con el documentalista de mayor éxito..., dices, bueno, a ver si me voy a forrar yo también, a ver si voy a tener el mismo éxito. A efectos promocionales está siendo muy útil porque todos los periodistas recurren al tema de Michael Moore, pero luego ya con el tiempo estoy viendo que no tengo que entrar ahí porque las realidades son totalmente diferentes. A ver si dentro de unos años le dicen a Moore: ‘Pareces el Arturo Cisneros estadounidense’”.
Cisneros no es protagonista del documental, como sí hace Michael Moore, hasta casi el final de la película, en un momento en que aparece frente a la cámara, en un paisaje idílico lleno de vida y de vegetación, para leer un comunicado sobre la realidad de la Guerra.
Arturo Cisneros: “Las imágenes de la Guerra las rodamos en marzo de 2003, los atentados de Madrid se produjeron el 11-M de 2004, un año después, y como nosotros seguíamos editando nos daban ganas de introducir elementos relativos a esa realidad, porque todo esto sigue vigente y siguen ocurriendo cosas, pero ya decidimos que había que parar y hacer el montaje definitivo y, sí, yo me fui allí, al ladito del cementerio, junto al río Arga, y en un cuadro muy bonito para contrastar y explicar que allí la violencia se ha disparado, si antes no había terroristas, ahora es un nido de terroristas, esto ha ido a muchísimo peor y nosotros seguimos aquí, en nuestra realidad cotidiana, del trabajo a casa, sofá, televisión y tal. Yo intenté destacar ese contraste para decir: ‘mira cómo están allá, mira cómo estamos aquí, somos cómplices de todo este asunto y también nos puede pasar a nosotros’. De hecho, ya se está viendo que están empezando otra vez a alimentar una campaña en contra de Irán, sueltan rumores..., pero si todo sigue igual y no tomamos partido esto va a explotar".
Animado por los premios y por la repercusión mediática que está teniendo el documental, Arturo Cisneros ya plantea, además, una segunda parte.
Arturo Cisneros: “En vista del éxito, relativo éxito, que estamos teniendo, y digo relativo porque al final esto es una producción independiente, no hemos tenido ayudas de ninguna institución pública, les hemos pedido a todos, no nos han dado, excepto Caja Navarra, que sí que nos ha ayudado a editar los soportes promocionales, hemos ido a entre quince y veinte festivales, internacionales la mayoría de ellos, hemos ganado ya tres premios, y tenemos una cartera de entre seis u ocho festivales pendientes en estos dos próximos meses, así que sí estamos animados a seguir trabajando en esta línea. Va cogiendo forma una segunda parte de Bagdad Rap, tenemos muchísimas ganas de volver allá, ver qué ha sido de todos esos protagonistas de la película. Queremos también enseñarles nuestro trabajo y e insistir en la denuncia y en contar desde un punto de vista independiente qué es lo que ocurre con millones de personas anónimas, que sin comerlo ni beberlo están siendo víctimas. El próximo mes de abril sale otra Brigada, en este caso a Faluya. Se está reuniendo dinero para una campaña para ayudar a los hospitales de esta ciudad, que ha sido devastada, y estamos valorando muy seriamente el volver. Además, se da la circunstancia de que para hacer Bagdad Rap hemos contado con seis grupos de rap, seis de los grupos igual más influyentes de la escena, y a raíz de esto, otros tantos más se han puesto en contacto con nosotros, dispuestos a tomar parte en este asunto y a colaborar con nosotros. Así que, casi con toda seguridad, en abril comience una secuela de Bagdad Rap”.
Además, da la casualidad de que últimamente están surgiendo otros documentales que tratan o tienen de fondo la música rap como Universo Hip Hop, que emite Canal Plus, o el cortometraje candidato a los últimos Goya, Aerosol. Da la impresión de que 2005 va a ser el año del boom de este tipo de música.
Arturo Cisneros: “Bueno, yo trabajo en el mundo de la música, dirijo una empresa de organización de conciertos, Artsaia, y sí que era consciente de que la escena del hip hop en español y del rap es una escena en alza totalmente, que cada vez tiene más seguidores, y que además, quizás, los raperos de hoy en día han cogido el relevo de los cantautores protesta de los 70, aquellos músicos que utilizaban las canciones para denunciar injusticias. Yo, consciente de esa realidad, y después de muchas horas detrás del escenario viendo a los chavales que están coreando los estribillos y que se están tragando todo lo que dicen los raperos, que para ellos son, de alguna manera, líderes de opinión, me dije: ‘Bueno, me voy a acercar al mundo de la música y me voy a acercar al mundo del rap’, porque toda esta gente, además de hacer música, tiene conciencia social, y si ellos están por la labor de colaborar en este asunto, creo que puede funcionar. Y, efectivamente, así ha sido. No ha sido casualidad lo de esta música, ha sido algo buscado. Con serias dudas, también, porque es que al principio nadie lo veía claro y decían: ‘Te has ido a Irak, estás haciendo un documental de denuncia social con un tema muy complicado, ¿y lo vas a hacer a ritmo de rap?, ¿no estás frivolizando un poco con todo esto que está pasando?’. Yo, en cambio, lo tenía clarísimo, porque conozco a los músicos y sé que ellos practican lo que algunos llaman ‘rap serio’. Ellos retratan la sociedad que tienen alrededor y además lo hacen con un lenguaje muy comprensible para la gente joven. Utilizan la lírica, además, porque son poetas y ellos riman, y lo hacen sin censuras, sin tapujos, hablan claro y directo”.
Bagdad Rap tiene un toque picassiano gracias a una secuencia con elementos de animación en la que se traslandan las figuras del cuadro de Guernica al terreno de Bagdad.
Arturo Cisneros: “El Guernica es uno de los símbolos artísticos más extendidos contra la guerra, y además pertenece a la cultura vasca de la cual somos parte. Nosotros llevamos a Bagdad una reproducción del Guernica que colgamos en un museo que había sido refugio durante la primera guerra y donde los estadounidenses habían bombardeado y se habían producido un montón de víctimas inocentes. Nosotros diseñamos aquella acción no pensando ya en el documental, sino dentro de las acciones de la Brigada. Yo lo grabé todo y luego cuando volvimos aquí vi que era la excusa perfecta para montar una secuencia. Además, los de Selektah Kolektiboa, que es el único grupo del mundo que rapea en euskera, vieron las secuencias y las quisieron para ellos. Decidimos ahondar en el tema del Guernica, nos pusimos en contacto con Gernika Gogoratuz, que es un organismo público dedicado a que no caiga en el olvido todo lo que ocurrió allá, y nos facilitaron de forma desinteresada todo su material de archivo. Con esto montamos la secuencia, de la que yo estoy orgullosísimo, porque una videocreación con motivos picassianos, hablando de los paralelismos entre lo que ocurrió en Gernika y lo que ha ocurrido ahora en Bagdad, encima a ritmo de rap y rapeado en euskera por el único grupo que existe en este idioma, pues imagínate”.
Los derechos internacionales de la película son de Aurum, pero será Altafilms la empresa que la distribuya en España. Bagdad Rap se podrá ver en salas comerciales en torno al aniversario de la Guerra, sobre el día 20 de marzo.
Arturo Cisneros: “Yo nunca pensé que podríamos llegar tan lejos, ni en el mejor de mis sueños, o sea que estoy encantado”.
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